En vísperas de la pasada Navidad, la nueva edición del informe PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos) elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sacaba los colores al sistema educativo catalán y disparaba las alarmas.
Los resultados eran elocuentes. El desempeño de los estudiantes catalanes en lectura alcanzaba una puntuación de 462 puntos, por debajo del promedio de la OCDE (476 puntos), de la Unión Europea (475 puntos) y de la media de España (474 puntos), mientras que los 469 puntos obtenidos en matemáticas quedaban también superados por los 474 puntos de la Unión Europea, los 473 de la media española y los 472 del promedio de la OCDE.
Por último, el desempeño en ciencias, con 477 puntos, se situaba nuevamente por detrás del promedio de la OCDE y de España (ambos con 485 puntos) y del conjunto de la Unión Europea (484 puntos), en unos ránkings encabezados, a escala global, mayoritariamente por Asia, con Singapur en la primera posición de lectura (543 puntos), matemáticas (575) y ciencias (561), seguida en lectura por Irlanda (516), en matemáticas por Macao (552) y en ciencias por Japón (547).
Con estas puntuaciones, Catalunya había obtenido los peores resultados de su historia en una evaluación en la que participan unos ochenta países y cuyo objetivo es, según relatan sus impulsores, «medir la capacidad de los alumnos de 15 años para utilizar sus conocimientos y habilidades de lectura, matemáticas y ciencias para afrontar los retos de la vida real».
Futuro profesional
Unos ‘retos de la vida real’ que, entre otras cuestiones, implican un futuro profesional y laboral que, para algunos de esos jóvenes, está a la vuelta de la esquina. ¿Hasta qué punto estos resultados presagian un futuro en el que las nuevas generaciones que se incorporan al mercado laboral pueden estar peor preparadas que las que les precedieron?
«Alinear la educación con el mercado laboral es un tema candente»
Sara Álvarez (Grupo Adecco)
Rita González, Directora de Randstad Learning en España y colaboradora de la Fundació Factor Humà, aborda esta cuestión: «Pienso que los resultados PISA no los tenemos que considerar como un drama, aunque es una evaluación y puede ser una llamada de atención para seguir formando a las nuevas generaciones».
En su opinión, si de algo sirven estos informes es para poder «estudiar casos que resaltan, como Irlanda o Singapur, y focalizarse en lo que necesitan los estudiantes». Respecto a las nuevas incorporaciones que está recibiendo el mercado laboral, «ya veníamos vaticinando una escasez de talento general, y sabemos que el nivel formativo influye en la creación de puestos de trabajo en el mundo laboral, con lo cual hay que poner más esfuerzo en la adaptación [de esta formación] al mundo de la empresa».
Sara Álvarez, directora de Atracción de Talento del Grupo Adecco, coincide en que «hoy en día, algo que está en los foros es alinear la educación con el mercado laboral. Es un tema candente, donde todo el mercado pone el foco».
«Hoy -prosigue Sara Álvarez- hay una brecha entre oferta y demanda en determinados perfiles, y hay empresas que están apostando por el reskilling para cubrir competencias y conocimientos que son importantes. Por eso hoy ya no buscamos al mejor candidato, sino al que realmente necesitamos, para que su desarrollo sea más acorde con esas competencias y conocimientos».
Preparar en competencias
Rita González, de Randstad Learning, introduce la necesidad de «seguir preparando en competencias, no solo en conocimiento, y luego las empresas tenemos que saber qué gap tienen esas personas a nivel técnico y competencial, para desarrollarlo con nuestros programas», explica.
De vuelta a los resultados del informe PISA, Rita González destaca «la parte de la comprensión lectora -donde Catalunya se sitúa en la posición 34, entre Eslovenia y Vietnam, en una lista encabezada por Singapur, Irlanda, Japón, Corea del Sur y Taiwán-, que al final es la capacidad cognitiva y de aprender. De eso dependen las acciones de nuestro día a día y, en el ámbito laboral, donde continuamente tienes que aprender, es nuestra capacidad de aprendizaje».
«En la empresa, la formación es hoy más estratégica que nunca»
Rita González (Randstad Learning)
A partir de aquí, esta profesional ni descarga toda la responsabilidad en el sistema educativo, ni cae en determinismos: «Todo se puede aprender, y las personas tenemos que tener esa habilidad, con responsabilidad del mundo de la empresa, porque el acercamiento de las empresas a los alumnos es fundamental. Por supuesto que la base es importante, pero estas habilidades se pueden aprender».
«El riesgo -alerta- es dejar atrás a estudiantes a los que no hemos conseguido, como sociedad, darles capacidades para insertarse en el mundo laboral. Por eso tenemos la responsabilidad de no dejar a nadie atrás».
Desde el Grupo Adecco, Sara Álvarez destaca que «hoy encontramos bastante gente formada; lo que buscamos ahora es sobre todo actitud, compromiso del empleado con la empresa».
«Está muy bien tener comprensión lectora -prosigue Sara Álvarez-, pero también es necesario que esa persona tenga curiosidad por el aprendizaje, que te crees un pensamiento crítico, una forma de razonar luego en tu vida laboral».
«Hoy ponemos mucho foco en las competencias -destaca esta profesional de los Recursos Humanos-, en si esa persona tiene inteligencia emocional, empatía, adaptación al cambio, comunicación efectiva... hay conocimientos que los puedes aprender en la empresa, pero hay competencias que, si careces de ellas, no te permitirán ampliar conocimientos».
La formación es estratégica
Respecto al papel que la empresa puede tener en esta mejora de conocimientos y competencias, Sara Álvarez comparte la visión de «aunar educación y mercado laboral, y eso no es algo que tenga que ser solo en el área universitaria, sino que es importante tener también ejemplos en institutos, colegios... empezar desde más jóvenes. Nos focalizamos mucho en los últimos escalones educativos, pero es importante empezar antes, atacando desde edades más tempranas».
Rita González, de Randstad Learning, lo tiene claro: «Como que el mundo de la empresa va a necesitar sí o sí ese talento, tendrá que poner todos los planes necesarios para su skilling y reskilling. ¿Hay que seguir trabajando en el sistema educativo? Por supuesto. Hay que enfocarse para seguir mejorando, con muchísima relación con el mundo laboral y de empresa».
«El acercamiento -insiste- del mundo de la empresa hacia el mundo educativo se tiene que incrementar, porque la escasez de talento va a ser un punto de preocupación en las empresas».
«La formación -concluye Rita González-, dentro de las empresas, es hoy más estratégica que nunca. Aparte de importante, que lo era, ya es estratégica. Tienes que transformarte, crecer, ser competitivo... Hay que formar durante toda la vida laboral, así que la curiosidad unida a la capacidad de aprendizaje da un perfil súper demandado en el mercado laboral. Siempre va a existir el aprendizaje, y ahora mucho más».
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