La química es circular: los ODS de la ONU consolidan su centralidad

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible marcan el camino de la industria hacia su circularidad

26 marzo 2021 12:34 | Actualizado a 15 abril 2021 12:58
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

La química es circular. La alineación de la industria química con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas se hace presente en los múltiples ejemplos que evidencian los esfuerzos de esta industria por valorizar unos recursos que, si hace años eran calificados de residuos, ahora son valiosas materias primas con las que producir materiales que aportan soluciones a los nuevos retos de la sociedad.
Pero la sostenibilidad no se limita solo a cuestiones medioambientales. ¿De qué se trata? Naciones Unidas concibe los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como un llamamiento universal a la acción para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y mejorar las vidas y las perspectivas de las personas en todo el mundo. En 2015, todos los Estados miembros de esta organización aprobaron 17 Objetivos como parte de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, en la cual se establece un plan para alcanzarlos al terminar la presente década.

Alinearse con estos objetivos ha sido y sigue siendo algo voluntario, aunque más y más regulaciones tratan de contribuir a que el conjunto de la sociedad converja con ellos. Así, el liderazgo que la Unión Europea quiere ejercer a escala global para erigirse como el primer continente climáticamente neutro en 2050 está empujando en esa dirección, especialmente en todo lo relacionado con la emergencia climática.

En su reciente Plan Estratégico 2021-2023, la Associació Empresarial Química de Tarragona (AEQT), que integra, entre otras, a las principales empresas del polo petroquímico de Tarragona, los ODS propuestos por las Naciones Unidas en su Agenda 2030 se han tenido en cuenta como principal criterio, junto con la escucha activa a la sociedad del entorno y las propias necesidades de competitividad y supervivencia del sector.

De la misma manera se posiciona la Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique), que defiende que la industria química contribuye, a través de su actividad económica y el desarrollo de productos innovadores, de manera directa y significativa a los ODS de hambre cero, salud, agua y saneamiento, energía, trabajo y crecimiento económico, industria e innovación, infraestructuras, ciudades sostenibles, producción y consumo responsables y acción por el clima.

En el tiempo transcurrido desde su aprobación en 2015, más y más empresas han trabajado en alinear sus acciones con estos objetivos, priorizando muchas veces algunos de ellos sobre otros, en función de su actividad y sus posibilidades.
Siendo todos fundamentales, el momento de cambio que vive ahora la industria con la transición energética, la transformación digital y la conversión hacia una economía circular lleva a que la química circular haya ganado un peso sin precedentes en el sector petroquímico.

La Unión Europea publicó en 2015 un Plan de Acción para la Economía Circular que considera el ciclo de vida completo de los productos. La economía circular restaura, regenera y disminuye el consumo de recursos al tiempo que genera beneficio económico y actúa en todos los eslabones de la cadena: materias primas, procesos de conversión, productos intermedios y finales y flujos de residuos.

Algunos ejemplos podrían ser el reciclado y la sustitución de materias primas vírgenes por materias primas recicladas o de origen renovable, el diseño de productos de altas prestaciones con vistas a una mayor reutilización, la captura de CO2 y su uso como materia prima, la creación de bioproductos y la utilización de energías renovables. En todo ello, la química tiene mucho que aportar.

La economía circular avanza decidida llevando a una nueva etapa las famosas 4 R (reducción, reutilización, reciclaje y recuperación), y un caso paradigmático es el ciclo del carbono, donde el CO2 puede ser capturado y, tras purificarse, tener distintas aplicaciones industriales que van desde la alimentación hasta el tratamiento de aguas o la fabricación de plásticos de alta calidad mediante catalizadores, entre otras.
Junto a la captura de carbono (que abre la puerta también la valorización del hidrógeno ‘gris’ como hidrógeno ‘azul’), el reciclaje químico asoma como otro de los grandes actores del cambio en química circular.

Comentarios
Multimedia Diari