La Audiencia de Tarragona ha juzgado este martes a un hombre acusado de agredir sexualmente una menor en Alcanar el 17 de febrero del año 2019. La fiscalía le pide doce años de prisión por un delito de agresión sexual a menor de dieciséis años.
La víctima, que ha declarado a puerta cerrada, tenía catorce años cuando se produjo la presunta agresión y había consumido alcohol. En la vista, el acusado ha afirmado que solo socorrió la víctima y se ha declarado inocente. El joven ha renunciado a declarar y solo ha hecho uso de su derecho de última palabra. Su defensa ha pedido la absolución. Según el principal testigo, el investigado habría agredido sexualmente a la víctima en medio de la calle después de estar en un local de ocio nocturno del municipio.
El juicio ha arrancado con la declaración de la víctima, a puerta cerrada. A continuación, ha declarado su madre, que ha explicado que el acusado le llamó la madrugada de los hechos y le pidió que viniera a recoger a su hija.
La mujer ha afirmado que la menor no la reconoció porque se encontraba en un estado de embriaguez elevado y que iba vestida solo con una camisa, manchada de vómito, y ha dicho que no llevaba la falda-pantalón con la que se había marchado de casa. La testigo ha asegurado que no impidió a su hija que denunciara la agresión, pero que no lo hicieron hasta meses más tarde.
Un testigo
En el juicio, también ha declarado un hombre que fue testigo de la presunta agresión sexual. Según ha relatado, vio como el acusado le quitaba la falda a la menor en medio de la calle y como intentaba que le hiciera una felación. El hombre ha explicado que vio que la chica iba muy bebida y que no era consciente de la situación. De hecho, ha indicado que la joven cayó hacia atrás cuando él le recriminó al investigado lo qué estaba haciendo.
En su declaración, las peritas han señalado que la menor recordaba muy bien todo aquello que había pasado en el local de ocio nocturno horas antes, pero que no recordaba nada de la agresión a raíz de la intoxicación de alcohol. También han destacado que la víctima les explicó que al día siguiente a los hechos tenía dolor en los genitales y la cabeza, hecho que la dejó preocupada.
Después, detallan, la chica recogió información de la noche a través de conocidos y amigos y empezó a sospechar que había sido víctima de una agresión sexual. «Estaba muy enfadada con su madre porque no la había apoyado», han dicho.
12 años de prisión
El ministerio público pide doce años de prisión al acusado por un delito de agresión sexual a menor de dieciséis años y solicita la prohibición de comunicarse y acercarse a 300 metros de la víctima durante un plazo de trece años. Además, pide una pena de siete años de libertad vigilada y una indemnización de 20.000 euros por los daños morales causados a la joven. La fiscal ha argumentado que han quedado acreditados la falta de conocimiento y consentimiento de la víctima por su «elevado» estado de embriaguez.
Según ella, la explicación de la madre sobre el hecho que el acusado utilizó la huella de la menor para desbloquear el teléfono móvil para llamarle es una prueba del grado de alcoholismo de la menor. También ha remarcado que concuerdan las declaraciones otros testigos, los cuales vieron la menor bebida. A la vez, ha apuntado que el principal testigo ha dado datos que son compatibles con la versión de la víctima, que alega que sufrió dolores a los genitales y en la cabeza después de los supuestos hechos.
Por su parte, la defensa ha puesto de manifiesto que la víctima no denunció los hechos hasta después de diecisiete meses. También ha destacado que no se han aportado grabaciones y que la menor se peleó con otra chica aquella noche. El letrado ha desacreditado al testigo principal porque asegura que se ha contradicho y por el hecho que su expareja es la actual pareja del acusado. En su alegato final, el abogado ha afirmado que no han quedado probados los hechos y ha pedido la absolución. El juicio ha quedado visto para sentencia.