La crecida del Ebre se llevó este viernes por delante los dos embarcaderos fluviales que hay en la ciudad de Tortosa. La fuerza del río, que tenía un caudal extraordinario en el tramo final de más de 1.700 metros cúbicos por segundo, rompió los cables que aguantaban el embarcadero situado delante del Mercat Municipal, donde atraca habitualmente el barco turístico Lo Sirgador.
«Aunque el sistema de enganche de la plataforma está pensado para adaptarse a las variaciones de caudal, la fuerza del agua era tal que ha roto las cadenas», explicaba al Diari Joan Martín Masdéu, director del Institut per al Desenvolupament de les Comarques de l’Ebre (Idece), encargado del mantenimiento de las infraestructuras fluviales.
Embarcador de llaüts de Tortosa, a la deriva. En la seva anada, el pantalà ha malmès el que hi ha davant el club de rem. #bomberscat ha intentat arreplegar-lo amb cordes junt a tècnics IDECE, però no ha estat possible. Cap ferit. pic.twitter.com/yzYPXBQ9Cw
— Bombers (@bomberscat) 13 de abril de 2018
Desde el Idece se está haciendo un seguimiento al minuto de la situación en el río y las posibles nuevas afectaciones. También en la ciudad de Tortosa, donde un caudal de 2.000 metros cúbicos per segundo podría provocar algunas primeras afectaciones en el núcleo urbano, según detalla al Diari el concejal de Serveis, Domingo Tomás. A los 1.900 metros cúbicos se inundaría las partes bajas de la huerta de Bítem.
El sistema de pantanos de Mequinensa, Riba-roja y Flix continuaba este viernes desembalsando unos 1.700 metros cúbicos por segundo, para poder generar la capacidad de resguardo suficiente que permita contener la importante avenida que baja por el eje central del río y que ya ha provocado las primeras inundaciones.
La liberación de caudales se mantendrá durante los próximos días a la espera que el pico máximo de la riada llegue al embalse de Mequinensa a partir del próximo martes, según apuntan desde la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). Confían que la maniobra permita dar cabida a toda esta agua y evitar un mayor desembalse en el tramo catalán del río, hecho que podría inundar algunos espacios urbanos.