Desde el primer día de la pretemporada se ha hablado de la enorme competencia existente en la plantilla del Nàstic. Todas las posiciones están dobladas y con un nivel equiparable entre futbolistas. Cualquier traspié en forma de lesión, sanción o malas actuaciones podía suponer perder el puesto en el equipo. Un discurso que sonaba a tópico, pero que con el paso de las jornadas se ha confirmado como real.
Dani Vidal, técnico del Nàstic, no es de los entrenadores que trabaja con un once fijo. O con un bloque de futbolistas muy cerrado. El entrenador tarraconense cuenta con todos sus jugadores. No quiere dejar atrás a ninguno y la mejor manera de hacerlo es confiando cada jornada en los que están mejor. Una fórmula, aplicable en todas las líneas. Se pudo ver en la tercera jornada con el cambio en la portería de Varo por Parra. O en el lateral derecho, la inclusión de Pol Domingo en el lugar de Tirlea. El último en dar el ‘sorpasso’ ha sido Ander Gorostidi.
El centrocampista donostiarra ha dado un paso adelante esta temporada para dejar atrás al futbolista errático del curso anterior. No solo con su estreno goleador, ante el Barça Atlètic, un tanto que significó el triunfo grana, sino por su expresión futbolística sobre el terreno de juego.
En el último encuentro en Fuenlabrada, Gorostidi fue de los mejores jugadores del Nàstic. Ni siquiera la derrota, 1-2, pudo restar un ápice a la buena actuación del futbolista vasco. Ya había empezado a dar muestras de mejoría en Lugo y contra la Ponferradina, pero en el estadio Fernando Torres lo bordó. Recuperó más balones que nadie, siempre bien posicionado, y se mostró efectivo con balón. Jugó fácil, pero seguro. Ha recuperado la confianza en su juego y se nota. Es un jugador fiable. Mucho más cercano al futbolista diferencial que venía a ser cuando firmó el verano pasado con categoría de ‘crack’. No es el mejor mediocentro de la plantilla, Borja Martínez está un nivel o dos por encima del resto de centrocampistas, pero ha conseguido hacer desaparecer la inquietud que aparecía el curso pasado ante la ausencia de Marc Montalvo.
El de Riudoms tuvo que parar varias jornadas por molestias físicas. Un hueco que ocupó Gorostidi a sabiendas de la difícil tarea de relevar al canterano. El centrocampista formado en Zubieta, último de los medios en debutar este curso, aceptó el reto. Un desafío que necesitaba y que ha superado con creces.
Ahora, Gorostidi es quien parece tener atado el puesto en el once, junto con Borja Martínez. Un lugar que defenderá este domingo, a las 17.00 horas, en un partido muy especial. El donostiarra se medirá a la Real Sociedad B, club en el que se formó. Ander Gorostidi jugó cuatro cursos en el filial txuri-urdin disputando 90 partidos y anotando 11 goles.
En la otra cara de la moneda, a Marc Montalvo le toca esperar a su momento. Aguardar a una ventana o demostrar, en los minutos que dispondrá, que está mejor que sus compañeros. La competencia en el Nàstic es real y funciona como un elemento individual más en beneficio del colectivo.