Fue un viernes heroico para Vlado y sus chicos. Una paliza física y mental. Dos partidos, una victoria y una derrota, unas cinco horas en la pista y momentos para todo. Los rojillos estuvieron cerca de allanar el camino al liderato del grupo, de ser segundos y hasta de quedar eliminados. Finalmente, sellaron el pase a las semifinales en segundo lugar del grupo B. La victoria ante el Utrera en el segundo partido del día les dio el boleto que no pudieron conseguir en su estreno ante un Textil Santanderina. Un rival al que zarandearon y casi noquean, pero que en el tie break estuvo más certero y obligó a los cooperativistas a jugarse un todo o nada ante un rival andaluz que vendió muy cara su piel.
Hoy, a partir de las 17.30 horas ante el Leganés buscarán la final, y lo más importante, el billete que devuelve al CV Sant Pere y Sant Pau a la Superliga 1, la élite del voleibol. En San Sadurniño lograron el último ascenso en la 2016-2017. ¿Repetirán? Ojalá que sí, Por talento no será. Por fe y pundonor tampoco.
La mañana comenzaba pronto para los de Vlado Stevovski. A las 09.30 horas debutaban los rojillos en la fase de grupos del playoff de ascenso ante un Textil Santanderina que acudía al envite con el colchón del triunfo. Los cántabros habían derrotado el jueves al Utrera y eso les permitía acudir a la cita sabiendo que un triunfo les daba el pase a las semifinales y el liderato de forma automática.
Derrota cruel ante el Santanderina
El campeón de la Copa Príncipe 2024 era un estreno más que exigente e incluso favorito sobre el papel. Nada de eso amedrentó a un SPiSP que compareció en la pista como hacen los equipos campeones, o mejor dicho, los que pretenden serlo.
Rolando Hernández, desde el remate, y Julián García Torres, desde el bloqueo, le pusieron las pilas al rival desde un primer momento. Golpearon y golpearon para abrir una brecha inicial que terminaría siendo decisiva (11-5). La ventaja solo hizo que soltar más a un equipo rojillo que engulló la primera manga con avaricia (25-15). Mejor inicio, imposible.
El segundo set podía llegar a pensarse que iba a allanarse tras el golpe psicológico del primero. Incluso el inicio rojillo invitó a ello (6-3). Sin embargo, enfrente hubo un rival que tiró de personalidad para achicar agua y frenar la sangría. Una vez estabilizada la manga, ambos equipos se sometieron a un constante intercambio de golpes. Allí nació una igualdad que ya no se iría durante todo el partido. Finalmente la agonía fue jueza. El SPiSP tuvo el 2-0 en sus manos, pero perdonó dos bolas de set. El Santanderina estuvo contra las cuerdas, pero demostró su casta de campeón cuando se recompuso y se terminó llevando el segundo parcial (27-29).
El empate hizo daño a un equipo rojillo que salió alicaído en la tercera manga. Lo pagó caro y se vio de repente con un marcador muy en contra (1-6). Pero los de Vlado remontaron el vuelo y llevaron de nuevo el set a la agonía final. Allí, esta vez, fueron vencedores (25-22), colocándose a solo un set del triunfo.
En la cuarta manga, el partido navegó en la igualdad hasta que en la recta final, el Santanderina volvió a exhibir su mejor juego para llevar el duelo al tie break (19-25).
En la muerte súbita nada cambió. Igualdad hasta que en el momento de la verdad hubo un rival que perdonó menos y facturó más. El 15-12 final fue cruel para un SPiSP que tuvo cerca la victoria, pero que veía como se tenía que jugar el pase a las semifinales unas horas más tarde. Eso sí, lo que ya sabía es que la primera plaza era imposible.
Victoria muy trabajada ante el Utrera
Las 17.30 horas fue la hora marcada para el segundo encuentro del día. No hubo demasiado tiempo para reposar y aliviar unas mentes y unas piernas que habían sufrido una tortura de dos horas y media. Sin embargo, no era tiempo para excusas y sí para dar un paso adelante y derrotar al Utrera en busca de las semifinales.
Desde un primer momento de partido, el SPiSP salió valiente y decidido ante un rival que también se jugaba la vida y eso instaló el partido en una tensión constante.
Apenas hubo grandes ventajas en la primera manga, salvo un 17-13 rojillo cuando se vislumbraba la recta final que terminó siendo decisivo. La ventaja de la brecha fue impecable (25-21).
El segundo set era una oportunidad para clavar un golpe mortal. El Utrera se agarraba como podía al encuentro. De nuevo se repitió la película ya vista ante el Santanderina. La manga se decidía en la ventaja de dos y tras salvar tres bolas en contra, los rojillos ya no podían más y cedían el set ante el Utrera (25-27).
Era la hora de la verdad. Acusar el golpe y regresar o lamentarse y morir. Los de Vlado apostaron por lo primero. Fue el clic definitivo en sus mentes. La reacción fue soñada y en la tercera manga subieron el nivel ante un Utrera que intentaba soportar el ritmo cooperativista, pero no podía. La recta final los soltó y el 25-18 fue el claro reflejo de ello.
La manga final fue un ejercicio de superioridad constante del SPiSP que decidió que el día se acababa allí. Basta de agonías. El 20-25 cayó por su propio peso. Los rojillos están a un paso de regresar a la Superliga 1 seis años después.