Una Santa Tecla de líder

Si hay un partido especial, de esos que hay que ganar sí o sí, es el de Santa Tecla. No hay ambiente más óptimo. El tono festivo, una buena entrada (casi 7.000 espectadores) y unas ganas locas de disfrutar de una victoria para culminar la Festa Major. Aunque a este Nàstic no le hagan falta más argumentos, lograrlo en un día tan señalado añadió emotividad a un triunfo ‘teclero’ por todo lo alto.

El conjunto de Dani Vidal ganó a un buen Sabadell. Un equipo ordenado, al que le faltó puntería para haber complicado el encuentro a los granas. Y les sobró Alberto Varo. El meta tarraconense fue un muro. Dejó su portería a cero a base de intervenciones seguras.

Un reusense, Jaume Jardí, fue el encargado de encarrilar la victoria. En el primer balón que tocaba tras salir del banquillo. De hecho, solo lo tocó para ponerla en la red. Presionó y presionó hasta hacer caer a portero y defensa rivales, que le dejaron el balón muerto. Andy, en una nueva acción a balón parado, puso el 2-0 y desató los ‘olés’ de la grada.

El Nàstic mostró su lado más prudente en el primer tiempo. Dosificó los esfuerzos. No se lanzó a la presión intensa como en otros encuentros. Se activaba en contadas ocasiones. Cuando se daban las condiciones. Un mal posicionamiento del rival o un pase complicado del portero. Entonces, apretaba. Si no, plantaba sus líneas en un bloque medio. Lo justo para no permitir una salida fácil del Sabadell de su área, ni conceder demasiado espacio a la espalda de la zaga.

El técnico del Nàstic, Dani Vidal, planteó un encuentro más maduro. Someter más con balón que con físico. Esa fase salió, pero le faltó claridad en los metros finales. Sin tanta posesión, los vallesanos fueron más peligrosos en el primer tiempo que el Nàstic. Ejecutó mejor sus secuencias de juego. Estuvo más fino con los pases y logró pisar más veces área rival.

Alberto Varo tuvo que estar expeditivo en diversas ocasiones. La primera en una acción que le cogió por sorpresa. Un centro-chut de Toni Herrero, que le obligó a poner el guante para sacar a córner. Un tiro de Cristian Herrera, que le había ganado la espalda a Pol Domingo, y un cabezazo de Resta solo en el área, también exigieron al meta tarraconense.

Las construcciones locales no surtían efecto. Solo Concha, con sus conducciones, lograba alguna superioridad. No daba para llegar al área. Lo mucho un saque de esquina. Tuvo varios, en el primer acto, pero entre las que no salían y las que anulaba el colegiado, no se sacó nada en claro de las jugadas de estrategia. Solo que Sergiu Muresán, árbitro del choque, tenía ganas de protagonismo. La cogió con Pablo. Le amonestó, cuando el delantero grana fue agarrado hasta dentro de la portería, y pasó de pitar un penalti claro sobre el asturiano al final del primer acto.

Fue entrar Jaume Jardí y se agitó el encuentro. La lucha del reusense por un balón que tenía ‘controlado’ el recién salido Carrión provocó un malentendido entre defensor y portero, que acabó con los dos sabadellenses en el suelo y Jardí marcando a placer.

Con el marcador a favor, bastó con mantener el orden castrense y volver a sacar la pizarra para duplicar distancia. A falta de saber el nombre de la fórmula ideada por Iván Moreno, la acción salió bordada. Andy botó la falta desde el costado diestro y, tras un amago de Gorka Santamaría, que dejó pasar el cuero por encima suyo, acabó sorprendiendo a Ortolá. Ni se la esperaba.

Por si el partido de Varo no había sido lo suficientemente bueno, el portero aún se guardó un paradón en los instantes finales. Un mano a mano que solventó con el pie. El rechace sirvió para iniciar un contragolpe de libro. Una transición que cazó Marc Álvarez y de no ser por el derribo de Monroy -que vio la roja directa- hubiera supuesto el 3-0. ‘L’Amparito’ sonó con fuerza en el Nou Estadi para cerrar una Santa Tecla con el Nàstic en el primer puesto.