Pedro Acosta (Puerto de Mazarrón, Murcia, 2004) está llamado a ser uno de los referentes en el Mundial de MotoGP en un futuro no muy lejano. El piloto del RedBull KTM Ajo de Moto2 ha aterrizado esta campaña en la categoría intermedia del campeonato sometido a una gran presión después de arrasar en Moto3 en 2021 cuando se consagró campeón a ritmo de récord bajo el paraguas de ese mismo equipo.
A sus 18 años, Acosta sigue quemando etapas a la misma velocidad que bate récords de precocidad de pilotos como Marc Márquez, al que se le compara constantemente desde su llegada al Mundial y a quien ya le ha virlado algunas marcas. El pasado fin de semana en el Circuit Ricardo Tormo de Cheste (Valencia) puso la guinda a su primera temporada en Moto2 con una nueva victoria -la tercera de 2022- y erigiéndose como el mejor debutante de la siempre reñida categoría intermedia.
Pone fin a su primera temporada en Moto2 5º de la general a 100 puntos del líder. ¿Se siente satisfecho con su año?
Podría haber ido mejor. He tenido altos y bajos, pero la segunda parte de la temporada ha ido mejor, a excepción de Tailandia donde no cogí puntos por la lluvia y la caída de Malasia.
De no haber sufrido la lesión de fémur este verano, ¿habría luchado por el título?
Quizás por el título no, pero sí es cierto que tendría dos ceros menos. De haber corrido en Assen y Silverstone posiblemente habría seguido con la carrerilla que llevaba hasta ese momento, pero ahora tenemos que mirar hacia adelante y buscar soluciones de cara a 2022.
En Valencia, ¿dio prioridad al título de Augusto o al suyo de rookie?
Con nueve puntos de ventaja, creo que Augusto lo tenía bien. Jugaba en casa y, además, Ogura, su rival por el título, no había corrido en el Ricardo Tormo el año pasado con la Moto2 así que creo que lo tenía bastante de cara.
¿Qué es lo que más le costó al dar el paso de Moto3 a Moto2?
Además de que pesaba siete kilos menos que ahora, creo que me pasó factura toda la ambición que tenía. Llegué con ganas de comerme el mundo el primer día, pero el mundo me puso en mi sitio y me costó entender que, cuando no es tu momento, no es tu momento. Quizá hoy estaría luchando por el Mundial si en las carreras en las que hice un cero hubiese cruzado meta dentro del Top10, algo que no era demasiado difícil.
¿En qué cambió su pilotaje al subirse a a la Moto2?
Tuve que entender cómo funcionaba la moto y que la moto me entendiera a mí y, si te digo la verdad, no he cambiado demasiado mi pilotaje. Creo que al principio nos centramos en cambiar demasiadas cosas y ahora estamos en el camino en el que debíamos haber estado a principio de temporada.
¿Existió la posibilidad de dar el salto a MotoGP en 2023?
Existió, pero no me sentía preparado y no merece la pena subir por subir y tirar un año de mi vida por subir a MotoGP. Creo que todo tiene su momento en la vida y el año que viene no tocaba. Necesito hacerlo bien en la categoría en la que esté antes de sentirme preparado para saltar.
¿Qué le falta para subir con garantías de buenos resultados?
En primer lugar, cuando se me propuso fichar por un equipo de MotoGP en mayo yo no me sentía preparado porque llevaba cuatro ceros seguidos, no había hecho podios ni sido realmente competitivo salvo en Le Mans. A partir de ahí fue mejor con la victoria en Mugello, el sexto en Montmeló, segundo en Alemania... Menos Tailandia y Malasia, he acabado todas las carreras entre los seis primeros, así que estamos llegando al nivel que queríamos desde principio de temporada.
¿Su objetivo es subir en 2024?
Mi objetivo es luchar por el título en 2023 o hacer una temporada que me haga sentir que estoy preparado. No debes subir a MotoGP a cualquier precio, tienes que llegar preparado y estos años me los tomo a modo de preparación de cara al salto.
Desde fuera, ¿cuál cree que es la moto que mejor se adaptaría a su pilotaje?
A mí me gustaría subir de la mano de KTM. Al fin y al cabo, ha sido la marca que creyó en mí y me permitió pasar del Campeonato de España a Moto3 y este año a Moto2.