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El portero de Riudoms salvó al Nàstic de una derrota aún más denigrante en el estadio de Los Pajaritos al detener dos penaltis en menos de media hora

21 febrero 2023 18:22 | Actualizado a 22 febrero 2023 07:00
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En Soria, el Nàstic tocó fondo. Encajó una de esas derrotas que cuestan la vida digerir. Después de marcharse al descanso con ventaja en el marcador (0-1), en el segundo acto se derrumbó. Sin previo aviso. Solamente un hombre mantuvo el tipo. Un jugador vestido de amarillo, el color de la mala suerte, dicen, aguantó el honor de un equipo que se deshacía sobre el verde helado casi marrón que mostraba el Estadio de Los Pajaritos. Mientras el equipo naufragaba irremediablemente, Dani Parra impedía la goleada local parando penaltis. Dos le tiraron y dos que detuvo, aunque la nula coolaboración de sus compañeros en el primero de los dos lanzamientos, no evitó que la jugada acabara en gol. El 1-1.

Dani Parra asumió el relevo en la portería a lo largo de la semana. Manu García iba renqueante en los entrenamientos. La lesión de hace quince días frente al Bilbao Athletic no estaba, ni mucho menos, reparada. El meta de 22 años viajó a Soria como portero titular, con César Pirot -arquero de la Pobla- como suplente. Una nueva oportunidad para ir dando muestras de que tiene madera para asumir el arco tarraconense cuando le llegue el momento.

Su partido fue notable. Seguro bajo palos y un puntal en el juego directo que proponía el Nàstic. El de Riudoms posee un golpeo largo exquisito, generando ventajas a sus compañeros. Pero si en algo destacó el meta fue en los penaltis. En esos duelos cara a cara desde los once metros el portero del Nàstic estuvo perfecto. Acertó los dos lanzamientos.

El primero lo ejecutó Rubén Mesa. Segundos antes de que el futbolista del Numancia lanzara la pena, mientras Quintanilla se acercaba a protestar lo indefendible, el penalti de Gorostidi era clarísimo, Marc Montalvo le mostraba confianza a su amigo Parra con un gesto de fuerza. En el banquillo Manuel Oliva, entrenador de porteros, ya sabía hacia dónde se iba a lanzar su pupilo. No tenía duda. Lo iba a parar. Todo estaba medido. Mesa optó por su lado natural. Diestro hacia la diestra. Parra, que había ‘propuesto’ al lanzador el lado opuesto, dejando más espacio en ese costado, se tiró a su izquierda despejando el balón entre el brazo y el pecho.

Lamentablemente, el rechace lo pescó Mancebo para poner el 1-1. El futbolista rojillo estaba metro y medio dentro de la zona de castigo cuando su compañero golpeó el balón. Una posición antirreglamentaria, igual que la de Josema. El defensa del Nàstic también entró en la zona persiguiendo a su pareja de baile. Si el árbitro Palencia Caballero hubiera aplicado el reglamento se hubiera tenido que volver a lanzar el penalti, invalidando la buena actuación del arquero.

A falta de 15 minutos para el final del partido, con 3-1 ya en el marcador, cayó la segunda pena máxima en contra. Una falta sin discusión. El Numancia varió de lanzador. Carrillo asumió la responsabilidad. Como su compañero, falló. Dani Parra le ganó la partida acertando el costado. El mismo que en el primer penalti. Hubo más dificultad. La pelota iba más baja y el de Riudoms tuvo que estirarse todo lo que pudo para detener el balón. La defensa grana se volvió a dormir. Josema, de nuevo, entró antes de tiempo al área, pero ni así pudo llegar antes que el jugador del Numancia. Tuvo que poner la cara Parra para evitar el cuarto.

Dani Parra es un portero que absorbe todas las enseñanzas de sus entrenadores. Y más si vienen de uno de los mejores técnicos de porteros, como ‘Oli’. El jerezano es un estudioso de la posición. Un analista y un ‘profesor’ único. No es casualidad que desde su llegada a Tarragona las estadísticas de penaltis detenidos por los porteros del Nàstic se hayan disparado. Desde el famoso penalti que Manu Reina detuvo a Jona en la última jornada de la 2016-17, evitando el descenso a Segunda B. O Dimitrievski en el derbi ante el Reus o Bernabé ante La Nucía. La pasada temporada Gonzi también le detuvo uno a Boris, del Costa Brava, aunque el rebote le cayera al mismo delantero que anotaba el 1-0. Todos ellos, llevan la firma de Oli.

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