Todavía quedan escépticos con Pablo Fernández, aunque cada vez menos. Actuaciones como la del Stadium Gal le sirven para proclamarse como el delantero centro titular del Nàstic. También como uno de los mejores de la categoría. A Pablo le falta gol, pero a Pablo le sobra talento y pundonor en otras facetas del juego. Siempre firma el notable y cuando marca, como frente al Unión, registra la matrícula de honor.
Pablo Fernández vivió una tarde de gloria en lo particular en Irún. Fue uno de esos partidos en los que se le vio volar por el campo. Todo le salía. La defensa rival no podía contener a ese volcán en erupción. El faro de Candás disfrutó como nunca en lo que va de temporada.
¿Cambió algo? La respuesta es sí. Pablo jugó su mejor partido y coincidió con que lo hizo como única referencia ofensiva por primera vez en todo el curso. Dani Vidal apostó por un 4-2-3-1, dejando de lado el 4-4-2. En otras palabras, el asturiano se quedó solo en el frente del ataque y por detrás ganó compañía. A lo largo de la temporada había jugado siempre en una doble punta de ataque. Por su lado han pasado Jaume Jardí, Gorka Santamaría y Marc Fernández. Siempre le acompañaban, pero la mezcla no terminaba de cuajar.
Dani Vidal comprendió que tras una racha de más de 400 minutos sin marcar, el equipo grana necesitaba un cambio. Un movimiento para sorprender al rival, aunque sin perder esencia. Decidió incrustar un 4-2-3-1 en fase ofensiva para sorpresa de todos. Para el asturiano esto no fue un problema, todo lo contrario, ya que a Pablo Fernández lo de bregar y fijar centrales es un oficio que tiene por naturaleza. En ese contexto de juego es el mejor. Por eso no le importó jugar como único punta. Es más, sintió mayor libertad.
Concha, Escudero y Jardí jugaron por detrás de él y sintieron el confort porque jugar con un delantero que siempre saca ventajas y tiene a los centrales rivales totalmente fijados, da ese aire que muchas veces la jugada reclama. Pablo lo hizo y permitió que el juego grana durante muchos minutos tuviera esa fluidez en campo rival que en otros encuentros se había echado en falta.
El Nàstic fue un equipo dinámico, que mandó con la pelota en los pies y que tuvo el suficiente dinamismo en campo contrario como para generar ocasiones de gol. En la mayoría de ellas fue protagonista Pablo Fernández. Algunas de forma directa y otras de forma indirecta. Pero lo más importante es que volvió a marcar tras 10 partidos sin hacerlo. El fin a una sequía que fue consecuencia del juego coral y de su hambre individual.
El gol de Pablo Fernández apenas tardó en llegar. A diferencia de otros días, tuvo esa efectividad que tanto se le reclama. Un centro de Jardí fue rematado con precisión y violencia por Pablo Fernández y su testa. La ajustó al palo largo y adelantó a los granas. Celebró con rabia porque los goles no le llegan con la constancia que persigue.
Muy cerca del doblete
Aquel gol fue el inicio de un partido repleto de virtudes y que casi termina con otro gol de época. Hubiese sido el 0-2 y hubiese permitido al Nàstic salir con casi total seguridad con una victoria del Stadium Gal. Fue una jugada típica de un gambeteador y no de un delantero centro a la vieja usanza.
Pablo sorteó a dos rivales en el interior del área con un juego de pies propio de un base en el cuerpo de un pívot. Como si fuese un jugador de la NBA. Machacó al defensa rival y se hizo el hueco para disparar un tiro ganador que pasó rozando el palo largo. Faltaron centímetros para la gloria. Sobraron motivos para seguir creyendo en él.
Ahora el gran reto para Pablo Fernández es darle continuidad a esta faceta goleadora porque a su juego no necesita aportarle regularidad. Cuenta con la confianza plena de Dani Vidal que le ha colocado siempre de titular y que ahora encima le ha arropado en un sistema de juego en el que parece que se siente más cómodo. Todo apunta que frente a la Cultural Leonesa repetirá él en la punta de ataque y el Nàstic con el nuevo sistema implantado. Será la prueba definitiva porque viene el líder. La Cultural Leonesa visita al Nàstic de Pablo Fernández. Ahora mismo es así. Es su jugador más en forma junto a Andy Escudero.