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La fórmula de tres mediocentros, una alternativa que gana peso en el Nàstic

Dani Vidal aparcó el 4-4-2 de salida en Urritxe y apostó por 4-2-3-1 con tres centrocampistas en el once

11 septiembre 2024 21:45 | Actualizado a 12 septiembre 2024 07:00
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Dani Vidal no quiso dar pistas en la rueda de prensa previa al partido frente al Amorebieta sobre si iba a formar o no con tres mediocentros en el once. Eso sí, el técnico tarraconense dejó claro que era un esquema de juego que ya había utilizado durante la pasada temporada y que este año estaba de nuevo en su ramillete táctico.

Sus palabras tomaron forma cuando se entregaron las hojas de alineaciones en Urritxe. El nombre de Antoñín Cortés figuraba en el banquillo y en el once titular aparecía la figura de Marc Montalvo. Un mediocentro por un delantero. El cambio de esquema una realidad. El Nàstic dejaba de lado el 4-4-2 habitual en pretemporada y en los dos primeros partidos ligueros para dar paso a un 4-2-3-1. Una forma de situarse de manera distinta sobre el terreno de juego que tenía una clara intención.

El entrenador grana realizó este cambio táctico con la clara idea de dotar al equipo de más gente por dentro. Meter a Montalvo en el once inicial era una solución para poder adelantar a Ander Gorostidi a la posición de enganche. El vasco ha actuado con el Nàstic en esa posición en más de una ocasión en sus dos temporadas anteriores de grana. ¿Qué le hace ser un perfil interesante para ese puesto si normalmente actúa en el doble pivote en un 4-4-2? El vasco es un centrocampista que si por algo destaca es por su exhuberancia física, que le permite ser un mediocentro de ida y vuelta constante, y por tener una capacidad de sorprender llegando que le hace ser indetectable en muchas jugadas de ataque.

Ambas virtudes fueron valoradas por Dani Vidal que decidió meter a Gorostidi por detrás de Pablo Fernández con el objetivo de tener mayor capacidad de activación en la presión en campo contrario, aunque sin perder amenaza porque Gorostidi ya ha demostrado ser un jugador que en esa posición puede hacer daño.

El cambio táctico solo duró 45 minutos. El Nàstic no terminó de pedir lo que demandaba el partido. Con balón ni se juntó ni amenazó y sin él no pudo hacer daño en la presión de un Amorebieta que no sufrió pérdidas en posiciones de riesgo como era deseo de los tarraconenses.

En vista del panorama, Dani Vidal decidió regresar a la fórmula habitual de dos delanteros. Un esquema le añadió al Nàstic menos control, pero más mordiente y que terminaría rompiendo el partido y convirtiéndolo en un ida y vuelta constante que terminó cayendo del lado del Nàstic en la agonía gracias al penalti de Joan Oriol.

Que el 4-2-3-1 fuese un esquema que solo durase 45 minutos en su estreno de inicio esta temporada no significa que no se vaya a volver a repetir. Es más, lo normal es que sistema vuelva a aparecer más pronto que tarde ya sea de inicio o durante un partido. El motivo es que el Nàstic tiene muchos mediocentros de nivel con capacidad para intercambiarse en esas posiciones. Hasta con cinco centrocampistas cuenta Dani Vidal en plantilla. Sanz, Montalvo y Vicens son más posicionales, pero Gorostidi y Álex López están acostumbrados a lo largo de su carrera a jugar con un cinturón de seguridad por detrás. Son dos tipos de trequartistas diferentes, pero con capacidad para hacer daño por detrás del delantero.

Este tipo de alineación será utilizada cuando el Nàstic quiera ser un equipo con mayor control del partido mediante la pelota. Eso puede suceder ante rivales que apuestan por meter mucha gente por dentro, como era el propio Amorebieta, o cuando el partido demande pausa y calma, un contexto que se suele dar cuando se tiene ventaja en el marcador.

El jugar con tres mediocentros de inicio tiene además una ventaja extra que no resulta un tema menor. Jugar con solo un delantero permite tener varias cartas ganadoras guardadas en el banquillo. Frente al Amorebieta se vio que la entrada de Antoñín Cortés como revulsivo le dio un extra de energia al equipo. Incluso Álex Jiménez en punta también ofreció minutos interesantes. Ese esquema le permite al Nàstic tener más variantes en el banquillo a la hora de darle otro aire a la delantera.

Frente al Tarazona, Dani Vidal deberá decidir. Jugar 4-4-2 o 4-2-3-1. Lo que está claro es que ahora el Nàstic ya es menos previsible porque tiene dos esquemas tácticos sobre la mesa. La duda ya está en el rival.

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