El Nàstic regresará a Vigo para jugarse el ascenso a Segunda División. El Estadio de Balaídos será el escenario de la final del play-off, según confirmó ayer lunes la Federación Española de Fútbol (RFEF). Una designación por la que apostaba el club grana después del buen resultado que obtuvo en la semifinal ante el Racing Ferrol. No tanto por el viaje, ya que da lo mismo ir a Vigo o a Ferrol, ambas ciudades están en la otra punta de la Península, sino por esos intangibles, esos factores que pasan desapercibidos y que por cuestiones de mística o superstición generan más confianza. Si ha salido bien una vez, por qué no repetir. Quién más apostaba por regresar a Vigo era el técnico Raül Agné: «Se me da muy bien Balaídos. Siempre que vengo aquí gano. De Balaídos no me mueve nadie», dijo el preparador granate en la rueda de prensa posterior a la victoria ante el Racing Ferrol. Su historia con el Estadio de Balaídos es prácticamente de éxito. Ha visitado el feudo del Celta en cinco ocasiones, contando la del domingo con el Nàstic, con un balance favorable de tres victorias, una derrota y un empate.
La primera ocasión que pisó el césped vigués como entrenador fue en su estreno como técnico de Segunda División. Era la primera jornada de liga. Su Girona visitaba al Celta. Un debut en el fútbol profesional de nivel que solventaron los gerundenses con un 0-1. El mismo resultado que el domingo.
La temporada siguiente regresó a Balaídos pero no como entrenador del Girona sino como técnico del Recreativo de Huelva. Salió de Vigo con un punto gracias a un empate a un gol que le dio el tanto de Javi Fuego en el tramo final del choque. Ese duelo sirvió para que el preparador de Mequinenza celebrara su medio centenar de partidos dirigidos en Segunda División.
En 2010-11 Raül Agné vivía su segunda etapa en Montilivi cuando le tocó viajar a Balaídos en la antepenúltima salida del curso para el Girona. El Celta aspiraba al ascenso directo a Primera pero su tropiezo en casa ante un rival que tenía los deberes prácticamente hecho le dejó sin opciones. Fue una derrota total. El marcador del estadio gallego marcaba el 0-4 cuando el árbitro hizo sonar su silbato tres veces. Despotovic con un ‘hat-trick’ desarmó a los vigueses.
El único tropiezo llegó a la temporada siguiente. De nuevo, Balaídos era el escenario del estreno del Girona ese curso. Fue el año de los equipos gallegos, ya que tanto Celta como Deportivo de la Coruña ascendieron a Primera División. Fueron como un tiro desde el inicio de campaña y el equipo de Agné fue la primera víctima de los celestes. El Girona perdió por 2-0. El primero de los tantos llevó la firma de David Rodríguez, uno de los delanteros que el domingo vistió el verde del Racing Ferrol y no pudo evitar el triunfo grana.
Con este bagaje en Balaídos no es de extrañar que Raül Agné prefiera jugar en el feudo del Celta que no en A Malata (Ferrol). Ir al campo ferrolano no hubiera sido lógico. Pese a que la RFEF veía con buenos ojos esa opción. Sin embargo, al final, aunque fuera una de las escasas veces que sucede, los responsables federativos entraron en razón y optaron por Balaídos. Después de llevar la semifinal a Vigo, pese a la petición del Racing de jugar en su estadio, y de los enfrentamientos que tuvieron lugar entre aficiones (pocos, por fortuna), hubiera rozado la imprudencia llevar el partido a A Malata.
La hora del partido será distinta a la del domingo ante el Racing Ferrol. De este modo, los tarraconenses se medirán contra los castellonenses a partir de las 21.00 horas. En otro orden de cosas, la plantilla grana vuelve hoy a los entrenamientos para poder preparar de la mejor manera la final ante el Villarreal B.