A sus 34 años, Aleix Espargaró atraviesa el momento más dulce y exitoso de su anómala carrera deportiva y acaba de vivir un fin de semana que difícilmente olvidará. El piloto de Aprilia consiguió en la jornada de ayer la segunda victoria del año en una carrera larga y se adjudicó su primer doblete gracias al triunfo del sábado en la sprint. Con Pecco Bagnaia a 106 puntos, el título se antoja complicado, pero el catalán tiene fe ciega en su escuadra y en su montura.
La primera salida en la carrera de MotoGP fue una de las más accidentadas que se recuerdan. En la curva uno, Enea Bastianini se pasó de frenada provocando una caída en efecto dominó llevándose consigo a otros cuatro pilotos de Ducati: Johann Zarco, Marco Bezzecchi, Álex Márquez y Fabio Di Giannantonio. Metros después, en la curva dos, Pecco Bagnaia, que lideraba la prueba, sufrió una violenta caída que le hizo volar varios metros. Al aterrizar, fue atropellado por Brad Binder que pasó por encima de las piernas del italiano, tendido ya en suelo. Como consecuencia del accidente y con el fin de poder atender a los involucrados, dirección de carrera paró momentáneamente la prueba en un Circuit que, en cuestión de segundos, enmudeció. Con Bagnaia y Bastianini fuera de juego, era Maverick Viñales quien cogía la cabeza de carrera en la resalida, revirtiendo así las malas arrancadas que había protagonizado en las últimas fechas.
Detrás de él se situó Aleix Espargaró, que veía cada vez más factible la posibilidad de cuajar otro triunfo en casa. Se mantuvo el statu quo de las posiciones de cabeza durante gran parte de la carrera con Viñales y Espargaró liderando con ventaja, habida cuenta de unos tiempos de vuelta mucho más rápidos que los del resto. El mayor de los hermanos Espargaró fue comiéndole terreno a Viñales, afectado por el desgaste de neumáticos, para acabar superándolo y liderar las últimas cuatro vueltas de la carrera. Maverick Viñales cruzó meta en segunda posición a escasas tres décimas de Aleix para regocijo del equipo Aprilia que vio, por primera vez, a sus dos pilotos juntos en un podio que se transformó la fiesta de los de Noale. Jorge Martín completó el triplete español en una jornada complicada para la escuadra Ducati. En cuanto al resto de españoles, Álex Márquez fue sexto; Augusto Fernández 9º y Marc Márquez cruzó meta 13º con Iker Lecuona y Joan Mir en 16ª y 17ª posición. No acabaron Raul Fernández y Pol Espargaró.
Por otro lado, la terna formada por Manuel González, Arón Canet y el poleman Jake Dixon fue la encargada de llevar el peso de la carrera de Moto2 en los primeros compases, llegando a abrir una brecha de más de un segundo con el cuarto clasificado a pesar de un constante e intenso intercambio posiciones entre los favoritos.
Alcoba, sin suerte
La lucha por la victoria la protagonizaron finalmente Dixon y Canet, decantándose del lado del británico que sufrió las tiranteces de un Canet al que se le sigue resistiendo la primera victoria. Albert Arenas se estrenó en las posiciones de honor cerrando el podio. El piloto tarraconense Jeremy Alcoba no tuvo el mejor fin de semana en casa y cruzó meta en 15ª posición, la última que otorga puntos. Con todo, el de Jesús se mantiene 16º en la general con un total de 33 puntos en su casillero.
En la categoría de Moto3 la victoria fue para el colombiano David Alonso que se impuso en una de las carreras más emocionantes de lo que va de temporada con final de infarto incluido. La victoria se decidió en la última curva de la última vuelta cuando Alonso y Jaume Masià superaron al sevillano David Muñoz que iba camino de su primer triunfo.
Muñoz tuvo que abrirse demasiado, hecho que aprovechó el turco Deniz Öncü para sobrepasarle con la mala fortuna de provocar un contacto que llevó al español a la grava. Öncü fue penalizado con seis segundos y su compañero de equipo, José Antonio Rueda, fue el mayor beneficiado de dicha sanción al ‘heredar’ la tercera plaza en la clasificación.