A Marc Fernández se le fichó para tener un papel fundamental en el mercado de invierno y se está cumpliendo. El futbolista catalán llegó procedente del Andorra en busca de protagonismo y confianza y lo ha encontrado. No ha sido fácil su situación, puesto que desde su llegada ha sido dirigido por nada más y nada menos que tres entrenadores diferentes. Llegó con Raül Agné con el que solo pudo jugar dos partidos ligueros a sus órdenes, luego vivió la breve etapa de Iñaki Alonso y ahora está bajo el mando de Dani Vidal.
Los tres técnicos, cada uno con sus ideas, nunca han tenido dudas sobre la importancia de Marc Fernández en sus planes. Le han dado un rol de titular porque el talento y la experiencia del atacante nunca han estado en duda. Además ha presentado una capacidad para adaptarse a diferentes posiciones y contextos que le han hecho ser un elemento diferencial desde su llegada.
Con Raül Agné e Iñaki Alonso ocupó posiciones interiores en el frente ofensivo. Marc Fernández nunca ha sido delantero y la mayoría de su carrera la ha pasado pegado en las bandas. Sin embargo, el entrenador de Mequinenza y el de Durango le vieron diferencian en sus ideas ocupando la zona ofensiva más adelantada. Allí podían disfrutar de su inteligencia táctica, su golpeo diferencial y su olfato goleador.
Dani Vidal también le comenzó utilizando en la doble punta de lanza del 4-4-2 inamovible que plantó desde un primer momento. Lo hizo por decisión propia, pero también obligado porque no podía contar con sus tres delanteros a la vez. Incluso hubo semanas, como la de ante el Barça B, en la que directamente no tuvo ni a Guillermo, ni a Pablo ni a Lupu a su disposición.
Marc ofreció un buen rendimiento en ese ecosistema planteado por Dani Vidal. En ese juego vertical y de presión alta grana, Fernández ofreció pausa, descargas y amenaza en el área. Sin embargo, su situación ha cambiado en las dos últimas semanas. No ha abandonado el once porque el Nàstic no se puede permitir el lujo de dejar en el banquillo a uno de sus mejores futbolistas. No ha cambiado su rol, sino que su posición en el terreno de juego. Marc Fernández ha vuelto a sus orígenes.
El catalán ha vuelto a jugar en la banda desde el encuentro ante el Sabadell. Curiosamente lo ha hecho desde que Dani Vidal tiene a sus tres delanteros ya totalmente disponibles. Eso le ha permitido contar con tres arietes y desplazar a Marc Fernández al costado derecho. En realidad, David Comamala y Raül Agné le ficharon para esa posición. Querían reforzar la banda derecha que por aquel entonces no tenía dueño y señor.
Fernández se ha adaptado bien desde un primer momento a un espacio del terreno de juego en el que ha jugado con anterioridad. Es cierto que en sus últimas temporadas en el Andorra había ocupado la banda izquierda para amenazar con su golpeo directo y tender a meterse hacia dentro. En la derecha su impacto es diferente, ya que es un jugador que pierde amenaza directa con el gol, pero se relaciona más con el juego y sobre todo logra meter miedo gracias a ese golpeo de balón desde el lateral.
Con la baja ya confirmada hasta final de temporada de Robert Simón y los tres delanteros ya recuperados parece que Marc Fernández finalizará la temporada en el costado derecho. Más que nada porque su competencia no termina de convencer. Pochettino sí que lo hace en un rol de revulsivo, pero Andy Escudero no cuenta y es el único futbolista al que Dani Vidal no le ha dado minutos desde su aterrizaje en el banquillo.