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Manolo Martínez: «Me siento uno más del vestuario»

El exjugador del Nàstic y ahora segundo entrenador destaca la capacidad del cuerpo técnico para despejar el ambiente y conseguir sacar el máximo compromiso de los jugadores

12 abril 2023 14:27 | Actualizado a 13 abril 2023 07:00
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Manolo Martínez (Bigastro, 42 años) no le pudo decir que ‘no’ al Nàstic. Nunca se ha podido resistir a la llamada del presidente Josep Maria Andreu. No lo hizo en sus etapas anteriores y tampoco en esta ocasión cuando la situación por la que atravesaba lo encaraba hacía un drama de dimensiones considerables. Un mes y medio después, el exjugador grana ha ayudado a cambiar la mentalidad del vestuario y dotarle del compromiso que Manolo siempre transmitió cuando vestía de corto sobre el verde.

Cuarta etapa en el Nàstic.

Inesperada.

Ya pero si le llama el Nàstic.

Muy difícil decirle que no. Recuerdo que en mi último día aquí, en la anterior etapa, cuando me iba, el presidente me dijo que volvería algún día. Le respondí que no sería por decisión mía. Tengo empresas que requieren mucho de mí y no pensé que volvería. La única persona que podría hacer que volviera al fútbol y al Nàstic era el ‘presi’. Por eso me llamó directamente para proponerme volver.

¿En los malos momentos siempre aparece la carta ‘Manolo Martínez’?

Después de una semana de estar aquí fui a comer con el ‘presi’ (Josep Maria Andreu). Le dije: «A ver si me llamas para cosas bonitas, cuando el club esté en Primera División». Las cosas surgen así. Muy contento de estar aquí.

¿Se arrepiente de haber dicho que sí?

Me arrepiento cuando llega el partido. Los 90 minutos del juego. Lo primero que le pedí al club fue una ayuda psicológica deportiva para estar preparado. Llamé a Carrascosa. Pero el tema de vivir el partido no lo llevo bien. El día a día, con el cuerpo técnico y los chavales me llenan mucho.

Acostumbrado a verlo desde el campo, ¿la perspectiva desde el banquillo cambia?

Cuando era jugador llegaba a los partidos muy tranquilo. Sabía como entrenaba. Lo que podía dar. Tenía todo controlado. Desde el banquillo dependes de los jugadores. Me pongo nervioso porque no puedo hacer nada y también porque sé cómo está trabajando el equipo y quiero que se traduzca en resultados.

En este tiempo dedicado a la familia y empresas, ¿has echado mucho de menos el fútbol?

No. Igual que hacía cuando era jugador, vivo todo en la vida con mucha intensidad. Me faltan horas para todas mis pasiones. He viajado a ver a Jesús Pérez (entrenador de Vilabella y segundo de Mauricio Pochettino) tanto a Londres como a París. He estado en Italia viendo fútbol. He hecho tantas cosas que no he necesitado oler el verde a diario.

Viajes relacionados con el fútbol.

Sí, porque el fútbol es el deporte más bonito. Solo veo fútbol.

¿Y qué fútbol ves?

He sido siempre un enamorado de la Premier League. Se me ha quedado la espinita clavada de no haber jugado en Inglaterra. También Segunda, Bundesliga y el fútbol italiano.

¿Tuviste oportunidad de ir a Inglaterra?

Una vez. Cuando salí del Tenerife. El Sheffield United y el Leeds United, que estaban en la Championship, se fijaron en mí. Mandaron a cuatro emisarios a verme. Querían saber cómo afrontaba los partidos ante jugadores del perfil del fútbol británico. Recuerdo que fue un Tenerife-Málaga, que tenía a Caicedo cedido por el Manchester City, y un Tenerife-Espanyol, que estaba Osvaldo. Me salieron bien los dos partidos, pero al final no hubo oferta en firme.

¿Con qué fútbol te identificas más?

Me identifico a los que van a la esencia. Los entrenadores prácticos. En las reuniones que hacemos el cuerpo técnico, mis mensajes siempre son que el equipo esté bien estructurado, no ser algo que no somos, ni intentar cosas que sabemos no saldrán.

¿Es lo que ha hecho el actual cuerpo técnico del Nàstic, ser prácticos?

Tenemos una plantilla con rasgos para tener diferentes formas de juego, pero nos falta tiempo. En estos momentos hemos ido dando pinceladas para ir mejorando, pero lo esencial es el equipo, no la seña de identidad que pueda darle el entrenador.

¿Has congeniado muy bien con Dani Vidal?

Quien me conoce y ha trabajado conmigo sabe que soy una persona muy flexible pero también muy exigente. Cuando firmé lo dije, no he venido a pasar el trance. He venido a ganar todos los partidos posibles. Que la gente de Tarragona se sienta orgullosa de que me hayan traído. Si puedo ayudar al cuerpo técnico a crecer, pues mucho mejor. Son mis dos motivaciones.

Alguien que ha estado en vestuarios tan complejos, ¿qué pensaste cuando entraste en el del Nàstic este año?

Creo que dentro del vestuario siempre he sido un gran gestor. Me ha encantado esa función. La vida de un equipo nace y crece desde el vestuario. En lo bueno y en lo malo. He tenido vestuarios muy diferentes, con problemas y personas muy distintas y siempre lo he sabido llevar. Aquí me he encontrado a un grupo que necesitaba volver a los valores esenciales. Poco a poco, se lo hemos ido dando. La recepción del equipo fue espectacular. Han visto en mí una figura positiva para ellos. Dentro de la exigencia que les pido, ven que es para mejorarlos individualmente y como equipo. Al final, todo esa mejora en el vestuario se está reflejando en el campo.

¿Te resulta difícil entrar en este vestuario que has vivido tanto como técnico?

No, porque en mi etapa final, con el cuerpo técnico ya viví esta situación. Y porque me siento uno más de ellos. El otro día en Sabadell hubiera saltado al campo. Eso es porque me siento identificado con su lucha, su pelea por cada balón como si fuera el último. Mi rol ha sido volver a ser un compañero más que una figura de autoridad. Voy más al ejemplo.

Ayuda a dar ejemplo el que seas un histórico del Nàstic.

Creo que cuando me miran y me escuchan saben que tengo una historia con el Nàstic. Mi carrera deportiva ha sido impecable y más de lo que pude soñar, pero ha sido toda a base de trabajo.

De sus ascensos aquí, sabrán también.

Han sido siete años de éxitos, más que de ascensos. Subí dos veces a Segunda y una a Primera, es verdad, pero más que eso, demostré lo que puedes conseguir en una ciudad como Tarragona si trabajas más que los demás.

¿Ha estado en Grecia, Tenerife, Alicante, que es tu casa, por qué decides quedarte en Tarragona?

Me atan muchas cosas. Porque cuando estuve en mi última etapa ya compaginé mi etapa empresarial con mi carrera futbolística. Y porque mi familia se ha adaptado perfectamente.

Ha abiertoo tres locales (Kiss, Lara y Bessito, todos en Salou). ¿Cómo es esa gestión?

Lo he dejado en manos de mi mujer y mi socio, mi primo y casi hermano ‘Juanpe’. Tengo una estructura grande para solamente llevarlo una persona o dos. Sabía que el Nàstic requería mucho más. Está siendo difícil gestionarlo. Más ahora que empieza la temporada fuerte. Tengo muchos trabajadores. Pero estoy centrado en el Nàstic.

Dices: «He venido aquí a ganar». ¿Nos tenemos que dar por satisfechos con salvar la temporada?

A mi me vino muy bien un libro que tenía en mi taquilla aquí, en el Nàstic. El del ‘Cholo’ Simeone ‘Partido a partido’. He llevado esa filosofía hasta el día de hoy. Me marcó. Podemos pensar en lo grande pero vamos a ir poquito a poquito.

Esto del ‘partido a partido’ se está convirtiendo en un tópico o una excusa.

No. Es la esencia que ha tenido el Nàstic siempre. Al menos cuando yo he estado aquí. Resolver y crecer jornada a jornada.

Para ti, que tienes un palco en el Nou Estadi y has vivido como un aficionado más el Nàstic. ¿Cómo crees que está viviendo este año?

Está en un momento histórico, aunque no lo crean. Lo que estamos haciendo va a dejar huella. Que venga un entrenador del fútbol base y coja el primer equipo, dando los resultados que está dando es único. Entiendo que vienen de una experiencia negativa, con dos entrenadores en ocho meses, y una desilusión, pero ahora mismo puede disfrutar de su equipo y de la evolución de un cuerpo técnico que está siendo histórico.

¿Qué destacarías de Dani Vidal?

Ha evolucionado mucho desde que está conmigo. Tengo una agenda donde apunto todo lo que pasa alrededor mío. Mejoras que creo pueden ser válidas para el club si algún día quieren consultarme y también cosas del cuerpo técnico. En Dani he visto una evolución sobre todo en el manejo del día a día de los jugadores. Cuando me presenté le dije que solo venía a ayudar y que solo le iba a pedir que dentro de la vorágine negativa en la que estaba metida el club y el equipo, que disfrutase lo máximo posible. Porque tenía tres meses y a lo mejor no volvería a tener la oportunidad. O sí. Pero estos tres meses tenía que disfrutarlos.

¿Es la gran virtud del cuerpo técnico, más allá de los resultados, el despejar el negativismo que había en el ambiente?

Es evidente. Si le preguntas a los aficionados, ves las tertulias o lees la prensa, lo notas. Dani se ha adaptado al equipo y poco a poco va dándole matices de lo que quiere. Pero el mayor cambio ha sido en el compromiso y la mentalidad del equipo.

Dices que tienes apuntadas mejoras para el club. ¿Son muchas?

O pocas. He hablado con el presidente más en un mes y medio que en todo el tiempo que había estado como jugador. Porque siempre he tenido buenas rachas y solo eran felicitaciones. Ahora sé en la tesitura que está el club. No voy a decir lo que tiene que cambiar pero sí qué puedo aportar desde mi parcela.

¿Mantienes que te vas el 30 de junio?

Sí. Lo tengo claro. Me siento responsable con mi familia y mis empresas.

¿Nada te convencería?

He rechazado ofertas muy importantes para irme en estos años. Pero nadie tiene suficiente dinero para pagarme y sacarme de aquí. Ha sido más el tema de la relación mía con Andreu que el asunto económico. Tampoco puedo decir de este agua no beberé.

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