Manel Royo, el futbolista de Alcanar que triunfa en los Países Bajos

Manel Royo (Alcanar, 1994) vive en los Países Bajos una historia de amor. Allí ha encontrado un escenario en el que coleccionar sonrisas a la par que ascensos. El año pasado logró alcanzar la Erevidise con el Almere y este curso repitió ascenso con un histórico como el NAC Breda, al que llegó en el pasado mercado invernal para alcanzar la gloria.

«Acababa contrato en verano y no tenía pensado moverme porque estaba teniendo bastante participación en la Erevidise. El equipo estaba lejos del descenso, pero a final de mercado me llegó la propuesta del NAC. Pagaron traspaso y lo vi como una oportunidad de ir a jugar un club grande como el NAC, más acostumbrado a estar en Primera y pelear por Europa». Así explica su traspaso el propio Manel Royo que en estos momentos ya prepara la nueva temporada con un equipo que cuenta en su palmarés con una Erevidise y una Copa.

A Royo le ha sorprendido gratamente las instalaciones del club holandés. Hay un factor que provocó que hace una década sufrieran una remodelación que cambiaría su historia: «El club tuvo un convenio con el City hace 10 años y creó las instalaciones que tenemos hoy en día. Es una ciudad deportiva de primer nivel». De hecho, el NAC Breda pudo ser un Girona, pero en los Países Bajos, aunque la afición lo impidió. No vendió su alma pese a la tentación económica: «Al final no se dio la compra por parte del City porque los aficionados del NAC la frenaron, no querían perder el control de su club».

El futbolista de Alcanar está feliz con el comienzo del nuevo curso, aunque tiene claro que esta temporada en la élite será diferente a la que vivió durante medio año con el Almere: «A nivel general del país ha habido una buena bienvenida. Se echaba de menos ese club histórico en Primera División. El reto es diferente del Almere. Aquí se mezcla la ilusión con mucha responsabilidad por la liga, por el club que es y por la afición que hay detrás». De hecho, en cada partido se congregan más de 20.000 personas en las gradas del NAC Breda, Royo lo define como una absoluta «locura».

Royo ya prepara un segundo año en la máxima categoría holandesa, esa en la que debutó el año pasado y de la que saborea cada bocado en forma de partido que disputa: «La Erevidise siempre suena bonito porque te enfrentas a equipos que juegan la Champions y a equipos históricos. Afronto la temporada con mucha ilusión y responsabilidad porque llegar aquí me ha costado mucho y he comido mucho barro».

Por último, Royo no olvida a su Nàstic, ese club al que sigue desde la distancia y con el que también ha vivido la otra cara de la moneda del fútbol, aunque esta vez como aficionado. «Estuve en el Nou Estadi en el playoff como un Nastiquer más. Como aficionado ha sido el mayor palo porque nos veíamos todos en la Plaça de la Font. Siempre nos hemos levantado y así será. Vestir la grana algún día sería magnífico y un sueño cumplido».

Palabra del futbolista de Alcanar. Eso sí, de momento le toca seguir su aventura en la Erevidise. Royo vive un sueño en los Países Bajos.