Dani Parra obtuvo la confianza total del Nàstic este pasado verano cuando decidió encomendarle el rol de portero suplente de Manu García. Fue toda una declaración de intenciones porque salieron Gonzi y Venetikidis y no llegó nadie en su lugar. Se confiaba 100% en un guardameta que durante el curso pasado mezcló la exigencia del primer equipo durante el día a día para acumular minutos y experiencia durante los fines de semana con la Pobla de Mafumet. La hoja de ruta tuvo efecto porque el crecimiento de Parra no admite sospechas.
En teoría era una temporada tranquila para seguir aprendiendo en la sombra, aunque con protagonismo copero. Oliva tiene claro que está puliendo a un portero de mucho futuro. Lo hace a fuego lento sin la exigencia diaria que conlleva ser el portero titular del Nàstic. Ese rol lo ocupa un Manu García que ya acumula muchos encuentros en la élite en sus espaldas y que siempre ha ofrecido un rendimiento que no ha dado tregua en Tarragona.
La gran diferencia radica en que esta temporada el portero sevillano no ha estado siempre. Ha tenido mala suerte con unas lesiones que le han perseguido durante muchas fases de la temporada. Solo se ha perdido tres partidos porque su compromiso no se negocia. Ha jugado muchos partidos sin estar al 100%, aunque eso es un factor con el que la mayoría de futbolistas conviven con naturalidad. Es la exigencia del profesionalismo.
No obstante, Manu García ha habido tres partidos en los que ha dicho basta. Dos han sido antes de jugarlo y uno durante el encuentro. El primero en el que no disputó los 90 minutos fue frente a un Bilbao Athletic en un encuentro en el que se marchó lesionado a los 54 minutos. Ahí nació la figura de Dani Parra como futbolista del primer equipo. Su debut no ofreció dudas y sí muchas certezas porque era un portero preparado en la sombra. Todo el trabajo de Oli detrás comenzó a dar sus frutos ese mismo día. El destino querría que su aparición no fue anecdótica. Apenas tuvo que esperar un par de semanas para volver a testar el verde.
Fue en la visita del Nàstic al estadio de Los Pajaritos en el que probablemente es su partido más completo, aunque curiosamente ha sido en el que más goles ha recibido. Manu García no estuvo disponible por lesión. El conjunto grana perdió por 3-1, pero Parra fue sencillamente el mejor jugador del partido para los tarraconenses. Paró mucho y evitó una goleada, pero sobre todo destacó por detener dos penaltis. Se dice pronto y muchas veces se habla de suerte, pero en este caso lo que hubo es talento y mucho trabajo detrás, tanto de Parra como de su entrenador, Manolo Oliva.
Aquel no sería su único partido completo porque Manu García volvería a quedar fuera de combate antes del encuentro en la visita al Johan. Esta vez fue un virus el que le dejó sin estar disponible. De nuevo Parra tomó el testigo para visitar la Ciudad Deportiva del filial del Barça. De nuevo volvió a exhibir firmeza bajo palos. No pudo evitar la derrota del Nàstic, pero añadió dos paradas más a su repertorio de tremendo valor individual y sobre todo para el colectivo.
El destino ha querido que Parra vaya a tener dos oportunidades más para lucir con el Nàstic intentando atar la permanencia cuanto antes. Hablamos de las dos últimas pruebas de fuego que le pueden convertir en el gran candidato a la portería grana en un futuro próximo. Manu García fue expulsado por protestar frente al Atlético Baleares tras marcar un gol que se le anuló por una mano inexistente y estará dos partidos fuera por sanción.
Dani Parra será titular frente al Real Unión en el Nou Estadi Costa Daurada y en la visita a la SD Logroñés. En ambos partidos quiere volver a dejar la portería a cero y sobre todo sumar la que sería su primera victoria en el verde.
Parra ha logrado un empate y dos derrotas en sus tres partidos jugados en liga
El portero de Riudoms consiguió parar dos penaltis en el partido frente al Numancia