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La pasión de Mar Molné, una herencia de sangre

A los 14 años, Mar Molné decidió probar suerte con la caza, que practicaba su padre, y rápidamente comprendió que quería competir

29 julio 2024 18:24 | Actualizado a 29 julio 2024 18:26
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Mar Molné es el claro ejemplo de la influencia de un padre que sin saberlo le encaminó hacia este deporte que le cambiaría la vida. A la tiradora de El Morell le costó encontrar una modalidad con la que conectar y disfrutar. Lo intentó con otras, pero tal y como explica, ninguna terminó de cuajar: «Antes de empezar con el tiro olímpico probé muchos deportes: fútbol, baloncesto y muchos más, pero los deportes colectivos no eran mi fuerte, ya que yo daba todo para sacar adelante al equipo, pero veía que otros no se comprometían y eso me enfadaba».

Tras varias decepciones, pensó en que quizás la solución estaba en casa. Su padre era cazador y las armas eran un decorado natural. Por eso no les tenía ningún temor. Estaba totalmente familiarizada. Así que con 14 años decidió probar. A Mar le encantó y su decisión fue instantánea, quería competir. Su padre le dio todas las facilidades del mundo, tal y como ella relata: «Me compraron una escopeta y fui a entrenar a Tarragona, luego entré en el equipo de la Federació Catalana y más tarde en la Española. En el 2019 gané mi primer oro internacional en el Campeonato de Europa juvenil y al año siguiente gané oro en la Copa del Mundo en Kazajistán y en el campeonato del mundo por equipos mixtos en Perú». Su crecimiento fue imparable y rápido porque Molné encontró un deporte en el que lo daba todo y cambio recibía éxito a cambio.

Molné había probado antes otros deportes como el fútbol, el baloncesto...

La figura de su padre para ella es clave. Es su seguidor número uno, el hombre que la ayuda en todo momento, el que sufre en las derrotas y el que disfruta en las victorias. «Cuando gané el Europeo Júnior mi padre no podía ni hablar. Imagínate cuando gané la Copa del Mundo de Rabat».

Por él, por su familia, por toda esa gente que la ha acompañado en el camino Mar buscará escribir un capítulo inolvidable a su historia deportiva. Esa que comenzó con 14 años y que ya la ha llevado a los Juegos Olímpicos de París ocho años después. Es el triunfo de la fe, del trabajo y de la fortaleza.

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