La boda (desde dentro) de Sergi Roberto y Coral Simanovich

Admiración entre los cientos de invitados en el evento celebrado en la tarde-noche del lunes en las afueras de Tel Aviv entre el jugador reusense del Barça y la modelo israelí

31 mayo 2018 10:17 | Actualizado a 01 junio 2018 15:01
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La boda del jugador reusense del Barça Sergi Roberto y de la modelo Coral Simanovich es uno de los acontecimientos del año en Israel, país de acogida de la novia.

Los detalles dela boda, a medida que pasan las horas, van descubriéndose gracias a las redes sociales y a los diferentes amigos que el futbolista de 26 años invitó para la ocasión. Amigos futbolistas con ADN Barça y amigos de la infancia de su Reus natal.

La boda dejó a muchos de los invitados boquiabiertos, según han relatado algunos de los presentes en el enlace. La mayoría de ellos llegaron a la sala de fiestas de las afueras de Tel Aviv, la capital de Israel, en autobuses. Y el mismo transporte se activó a medida que los invitados se retiraron a los hoteles.

El espacio para la boda estaba perfectamente distribuido. Uno para la llegada de invitados, otro para la ceremonia en sí y un tercero con una plaza central para la cena.

Los invitados llegaban al evento cruzando un arco coronado de flores, que daba la bienvenida. Los camareros se distribuían para atender cualquier necesidad. Sofás cómodos estaban en este primer espacio para aquellos que requirieran reponer fuerzas. La ceremonia se hizo en inglés y en hebreo, por deferencia a la mayoría de invitados de parte de la novia y por el país donde se celebraba.

Los hombres llevaban en su cabeza la kipá (cúpula en hebreo), que es obligatoria al entrar y permanecer en determinados lugares de culto judío, como la boda que se iba a celebrar.

El espacio de la ceremonia estaba presidido por un altar decorado con flores con cientos de sillas blancas ordenadas para los invitados. Allí, como marca la tradición, Sergi Roberto aguardó paciente la llegada de Coral Simanovich apoyada al brazo de su padre. El entorno natural, junto a un lago, y la iluminación tenue "decoraban" exquisitamente este espacio al aire libre, que con la noche resaltaba.

Coral Simanovich llegó al altar con su vestido romántico diseñado por ella junto a Herve Moreau, director creativo de la prestigiosa marca Pronovias. A diferencia de otras religiones, el velo de la novia cubría su cabello y espalda. 

Cuando llegó a la altura de Sergi Roberto, éste cogió el velo y le cubrió la cabeza. Él, cristiano de religión, llevaba la kipá por respeto junto a un esmoquin clásico negro con chaleco.

El hebreo y el inglés fueron los idiomas para casar a la pareja. La felicidad de los padres y de familiares y amigos se reflejaba en los rostros, han coincidido en explicar varias fuentes a este rotativo.

Tras decirse el "Sí quiero", la fiesta cambió de escenario hacia otro espacio abierto convertido en comedor. Una distribución de mesas con una plaza central con otro "ejército" de camareros satisfaciendo las necesidades de los comensales.

Las mujeres tenían opción de aumentar su belleza con flores. Diademas o pulseras perfectamente elaboradas lucían entre las invitadas.

La comida era internacional y cada comensal pudo degustar lo que le apetecía. Era un bufete selecto para que todo el mundo pudiera gozar de una cena a su gusto.

Tras la cena empezaron los bailes. Grupos de música y DJ's fueron los encargados de amenizar la velada, que se prolongó hasta altas horas de la madrugada.

Los invitados, en función del cansanció se retiraron gradualmente y con los autobuses lanzadera fueron marchándose de la sala de fiesta con destino al hotel.

Una de las cosas más comentadas fue el cambio de 'look' de los novios en algunas imágenes y vídeos.

El esmoquin de Sergi Roberto pasó a un vestuario más deportivo y cómodo y Coral dejó su creación de Pronovias por un vestido de lentejuelas y unas bambas cómodas para bailar la animada música que se ofreció, tanto de raíces israelí como europea y americana.

Ahora los novios iniciarán su luna de miel, que no tardará en darse a conocer en las redes sociales, aquellas que en 2014 hizo posible que se conocieran el futbolista y la modelo y que terminaran este miércoles con el sí quiero en Tel Aviv.

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