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Juan Carlos Herrera: Nunca es tarde

Atletismo. Ha conseguido la plata europea en la modalidad de decatlón en la categoría M50 tras empezar a competir de manera federada hace 7 años

08 octubre 2023 12:51 | Actualizado a 08 octubre 2023 19:54
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Juan Carlos Herrera Alcaide (Vila-seca, 1973) es el ejemplo de que nunca es tarde. Lo suyo es una historia de superación, ambición y constancia. Porque hace 10 años no imaginaba dónde estaría hoy en día. Es nada más y nada menos que subcampeón de Europa en la categoría M50 en la modalidad de decatlón, esa que comenzó a practicar gracias al empuje de un amigo y en la que hoy en día es una referencia para su categoría. El segundo puesto cosechado en Pescara hace apenas dos semanas es el premio al esfuerzo. Palabras mayores, porque tal y como afirma él mismo: «He pasado de ser un corredor del montón a competir mundialmente contra los mejores». Así define Herrera su progreso. Ha pasado de no practicar atletismo a dominarlo y dedicarse como un profesional a él.

¿Cómo comenzó todo? La historia es de película porque Herrera no tenía en sus planes hacer atletismo, ni mucho menos terminar entregándose en cuerpo y alma a él. Todo comenzó cuando apuntó a su hija a atletismo en el Club Atletisme Vila-seca. Él observaba desde las gradas los entrenamientos de su hija. Pasaba calor, frío o lo que tocara en aquellas tardes de deporte. Todo cambió cuando una de esas tardes se acercó el entrenador de su hija y le propuso algo que sería el inicio de todo: «Me propuso ponerme a trotar con ellos para hacer más amena la espera y acepté».

Sin saberlo, Herrera entraba de lleno en una nueva etapa en su vida. Antes había practicado fútbol sala haciendo de portero, taekwondo, consiguiendo el cinturón negro, y boxeo, pero nunca le había dado al atletismo. Al principio no pensaba tomárselo tan en serio, tal y como recuerda: «Nada más empezar comencé a correr los cross escolares y quedaba por el medio pero poco a poco iba evolucionando y al acabar la liga acabé en los primeros puestos y luego al año siguiente ya gané la liga. Fui superando las pequeñas metas que me iba poniendo».

Tras su estancia en el Vila-seca, Herrera firmó por el Club Atletisme Tarragona y eso supondría un claro punto de inflexión: «Cuando entro en el Tarragona descubro el atletismo en toda su rama. En los Masters hay un compañero que hace pruebas combinadas de decatlón y pentatlón y voy entrenando con él y me gusta». Chema, su amigo, fue clave en darle el empujón defintivo, tal y como recuerda Herrera: «Me acabo federando porque Chema me dice que me deje de copas y que me tire a por las medallas y los diplomas. Al final me decido a competir y comienzo haciendo marcas discretas que poco a poco voy mejorando».

La mejora fue imparable porque unos meses después llegarían los primeros grandes éxitos. Empezó a dominar el circuito catalán y nacional, llegando a conquistar tres campeonatos de España, entre otros muchos títulos también en otras pruebas como los 400 vallas, los 3.000 obstáculos, el 4x200...

El siguiente reto era mundial porque a nivel nacional ya apenas quedaba nada por demostrar y allí Juan Carlos Herrera no lo tenía tan claro. Nunca se había medido a los mejores. Su debut fue a lo grande en el Mundial de 2018 que se celebró en España. «El Mundial de Málaga era una oportunidad porque podía ir sin puntuación. Ya había ganado algún campeonato de España de decatlón y pensaba que no iba a destacar y al final quedé sexto gracias al 1.500 metros, que es la prueba que mejor se me da». Ya estaba entre los mejores.

Desde entonces, Herrera se ha centrado en su carrera deportiva. Lo hace gracias a que puede compaginarlo fácilmente con su carrera laboral, tal y como recalca. «Trabajo en la Nuclear de Vandellós y tengo bastante tiempo libre porque solo trabajo en las paradas. Si no fuera por este trabajo sería imposible combinar ambas cosas».

Lo cierto es que Juan Carlos Herrera ha recibido el premio internacional que tanto buscaba hace pocos días. Fue en Pescara con una plata en el decatlón que jamás olvidará. Es el premio al sacrificio que hay detrás. No cobra como un profesional, pero sí que se prepara y entrena como ellos, así lo reconoce: «Casi que tengo un ritmo de vida profesional porque todo lo que haces lo diriges al atletismo. Comes bien, no sales por la noche y haces menos vida social y eso es el sacrificio que hay que pagar».

El atleta de Vila-seca no frena tras saborear el éxito continental y ahora tiene dos citas más de alto calado en el horizonte que él mismo anuncia: «El Europeo de Polonia y el Mundial de Goteborg son los objetivos en mente». No obstante, su presencia no es segura porque para él viajar a estos campeonatos le supone un coste económico importante, ya que implica también que su familia le acompañe en sus aventuras: «No sabemos si podremos ir porque todos estos viajes salen del bolsillo propio y hay que cuadrar las vacaciones, pero mi intención es estar ahí». Herrera termina la conversación dejando claro que sigue en una nube: «Yo lo último que imaginaba hace 10 años es que iba a competir a nivel mundial. Yo era un corredor normal del montón y por casualidad se me ocurrió meterme en el lío porque soy competitivo».

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