En verano de 1979, Jordi Filgueira fue traspasado del Gimnàstic de Tarragona al desaparecido CD Málaga. Según el periodista e historiador Enric Pujol, fueron seis millones los que ingresó la entidad grana por la venta del centrocampista. «Nunca me enteré de la cifra. Sé que se pagó bastante dinero para la época», recuerda Filgueira.
En Málaga estuvo dos temporadas. Dos años que disfrutó al máximo: «Debuté en Primera División y hacerlo con un equipo andaluz es otra historia. Era reconocido por toda Málaga y cada dos o tres meses tenía una entrevista de prensa».
El exjugador boquerón explica del Málaga que «merece estar en Primera División, como el Sevilla o el Betis, pero es un club que le persiguen los problemas económicos». Así explica el tarraconense la desaparición del antiguo CD Málaga y que la entidad actual haya pasado de jugar la Champions League 2012/13 a Primera RFEF.
Con la camiseta blanquiazul jugó ante los mejores equipos del país: el Barça de Migueli, Reixach y Carrasco, el Real Madrid de Vicente del Bosque y Santillana o el Espanyol de Marañón. Tras 49 partidos de malaguista y dos goles en dos cursos, volvió a casa, a Tarragona.
Canterano del Nàstic, en el Nou Estadi vivió sus mejores temporadas. Después de un par de cursos en el primer equipo, le tocó hacer la mili. A su regreso, el equipo tarraconense estaba en Tercera División, por la creación de la Segunda B. Tuvieron que aplicarse a fondo con el técnico Antonio Jaurrieta para encadenar dos ascensos.
Especialmente recordado es el que devolvió al club a Segunda División en el mítico encuentro de Zafra (0-1) del 17 de junio de 1979. Un equipo y en situación que le recuerdan bastante al actual. «Como ahora, éramos un equipo con mucha gente de casa. Y jóvenes. Solo Foix, Juanete, Pani y Otazu superaban los 25 años», explica Filgueira.
Aquel equipo de la 1978/79 en Segunda B comparte otro detalle con el actual. La extraordinaria capacidad defensiva, como apunta el exjugador del Nàstic. Con Amigó como portero titular, el club grana únicamente concedió 22 tantos en las 38 jornadas. Dos menos que los 24 que ha encajado el equipo de Dani Vidal esta temporada. Solo el Levante, campeón de la competición, encajó menos goles (20) que el cuadro tarraconense esa temporada.
Jordi Filgueira entiende perfectamente lo que pueden sentir los jugadores del Nàstic ante el encuentro del sábado a las 20.30 horas contra el Málaga. Un todo o nada. «Nos pasó en Zafra. Sabíamos que teníamos que ganar. Sufrimos muchísimo. Los once que salimos al campo nos dejamos el alma. Es lo que tienen que hacer los futbolistas este sábado. Dejarse el alma».
Confianza en el ascenso
Jordi Filgueira se muestra esperanzado en que el Nàstic consiga remontar la eliminatoria. Siguió el partido de ida en la Rosaleda y no vio «un Málaga superior». El exjugador grana lamenta la «novatada» de Godoy en el 1-0. Le gustó lo que vio del conjunto de Dani Vidal: «Jugó bien, sin precipitarse, presionando arriba y con una buena defensa». La diferencia para el excentrocampista estuvo en el acierto de Roberto y la agilidad del portero Herrero.
Pero incluso esa concentración goleadora en el delantero cordobés tiene su parte positiva, para Jordi Filgueira: «Nuestros defensas saben que tienen que ocuparse de él para dejar sin gol al Málaga, mientras que en el Nàstic el gol está más repartido y la vigilancia para los defensas malagueños será más exigente».
Filgueira prevé un Málaga más defensivo y será el Nàstic el que tenga que arriesgar. «Tampoco hace falta salir a tumba abierta. El partido son 90 minutos y las ocasiones llegan. Siempre. Si los jugadores controlan los nervios y mantienen la cabeza fría, haciendo lo que han hecho todo el curso, lo conseguirán».
El exjugador grana será uno más de los 14.000 espectadores que vayan al Nou Estadi. Le hubiera gustado ir con la camiseta del ascenso a Segunda. Pero la cedió al Museu del Nàstic. Sea como sea, está convencido de que habrá fiesta en el Nou Estadi. Y si no, como mal menor, «me alegraré por los amigos que dejé en Málaga»