Javi Bonilla (Soria, 31 años) es un futbolista sencillo y alegre. Un tipo que a lo largo de su carrera siempre ha sabido encontrar su sitio en el equipo con una sonrisa. Al menos así lo ha hecho en el Nàstic donde cumple su tercera temporada. Un año que ha comenzado con menos titularidades de las esperadas, pero con un rendimiento extraordinario en lo goleador. Ha anotado cuatro, siendo el pichichi de la plantilla. El último, un golazo al Madrid Castilla desde 30 metros que dio los tres puntos al Nàstic.
Menudo golazo metió el domingo.
Tuve suerte. Soy un jugador que busco mucho ese tipo de acciones. Por suerte la coloqué bien y metí gol.
¿Llámele talento, mejor?
Bueno. Es verdad que es una de mis virtudes y la pude aprovechar.
¿Me dio la impresión que en el momento del golpeo, el único que confiaba que podía marcar era usted?
Si me dan un poco de espacio y tiempo a cinco, diez metros de la frontal busco el tiro. Uno tiene que saber aprovechar las virtudes que tiene.
Gol olímpico en el Estadio Alfredo Dí Stéfano y golazo en el Nou Estadi. ¿Tiene algo contra el Real Madrid Castilla?
Es casualidad que de los cuatro goles que he anotado dos hayan sido al Betis Deportivo y otros dos al Real Madrid Castilla. Soy un poco más del Barça... (risas).
La celebración, cogiéndose las dos orejas, ¿a qué se debe?
Es por mi novia. Una celebración que tenemos. Es un gesto que no sabría cómo llamarlo, pero es hacia ella.
Es el máximo goleador de la plantilla. Y sin penaltis, que suelen ser para el lanzador.
Es verdad que en otros momentos había sido también de los más goleadores pero era sobre todo por los penaltis. Que hay que meterlos, pero es más fácil llevar goles si eres el lanzador. Este año aún no nos han pitado ninguno y he podido marcar cuatro goles. Ojalá podamos meter más goles todos los jugadores.
Sorprende que el máximo goleador sea un ¿defensa o mediocentro? ¿Cómo le catalogo?
Un poco de todo. Me está poniendo de extremo, interior, mediocentro. De lo que necesite. Yo voy a intentar aportar lo que pueda. Siempre he jugado de extremo y lateral hasta que Seligrat me puso en el medio ante el Barça y me sentí cómodo. Ahora, por mis características me siento más cómodo de medio para arriba. Pero si el míster necesita que vuelva al lateral ahí estaré.
«La unión del grupo ha sido fundamental para sacar los dos últimos partidos»Un pichichi con un papel secundario esta temporada. ¿Cómo se encaja ese rol?
Javier Bonilla
A nadie le gusta no jugar. Entiendo que la plantilla es muy amplia y solo pueden jugar once. Lo llevo bien. Intento ayudar en lo que puedo. Desde fuera cuando estoy en el banquillo animando a mis compañeros y cuando me toca salir, aprovechar los minutos que me conceda el míster para que me ponga más.
Desde fuera parece que, sea jugando o no, siempre trata de transmitir buen rollo al grupo.
Problemas hay muchos más fuera que en este trabajo. Aquí sabemos lo que hay y tenemos que ayudarnos entre nosotros por el bien de todos. Si el equipo va bien, tú vas a estar bien. Juegues más o menos, al año siguiente estarás aquí o en otro club de similares características. Por el contrario, perder no le viene bien a nadie. Siempre es bueno transmitir alegría. Tristeza hay bastante fuera.
Imagino que es fácil transmitir alegría cuando la dinámica es positiva. ¿Y cuando es negativa?
Estábamos haciendo las cosas bien, pero el resultado no salía y es lo que marca un poco todo. En esos momentos es donde hemos estado más unidos. Más piña. Creo que esa unión ha sido fundamental para sacar los dos últimos partidos y poder mirar la clasificación de otra manera. En lugar de hacia abajo, hacia arriba.
¿Cómo cambia el fútbol en diez días?
Es fútbol. Es así de simple e increíble. En dos semanas eres lo peor y en otras dos lo mejor.
¿Cómo se vive un partido como el del Andorra desde el césped?
Es muy fastidiado. Ves que te superan y no tienes argumentos para contrarrestarlo. Ese partido en el minuto 20 ya vas 0-2 y luego tienes dos ocasiones para meternos en el partido y no las hacemos. Al final, es un día. Los demás partidos los hemos competido. Podemos ganar, perder o empatar porque es un juego. Al ser un grupo fuerte y unido pudimos levantarnos en el partido siguiente.
¿Qué ha cambiado más allá de los goles?
Nada. Siendo honestos. El partido contra el Real Madrid Castilla hicimos menos méritos para ganar que contra el Linense, Sevilla Atlético, Costa Brava, etc. Partidos que has incluso has perdido y has tenido ocasiones 25 ocasiones. En el fútbol cuentan los goles y es lo que hay que conseguir.
«Siempre es bueno transmitir alegría. Tristeza hay bastante fuera»Quien tiene goles es su amigo Lupu, delantero cedido al Numancia. Lleva tres tantos en tres partidos. ¿Le echas de menos?
Javier Bonilla
Sí. La verdad es que sí. Es especial. Va a llegar muy alto. Se le ve jugando. Es muy bueno y se merece que le pasen cosas buenas. Porque personas como él, pocas.
Le ha mandado a su casa (Numancia). ¿Lo tendrá bien controlado?
Le deseo lo mejor allí. Hice una apuesta con él y va camino de conseguirla. Lleva tres goles y un penalti provocado. Es un club que le vendrá muy bien para cuando vuelva el año que viene despuntar en Tarragona.
¿Qué parte de la tabla miramos? ¿Arriba?¿Abajo?¿No la miramos?
Siempre hay que mirar arriba. Un club como este, con los objetivos que tiene no puedes mirar abajo. Es verdad que luego la clasificación te pone en tu sitio. Tenemos plantilla para ganar todos los partidos y competirle a cualquier. El domingo si ganas te metes quinto. Aunque alguno tenga un partido menos, estás ahí.
Hace un par de días Jannick decía: «Si entramos en play-off ascendemos». ¿Lo cree así?
Totalmente. Lo tengo claro. Es lo que pensamos en el vestuario. Llevamos unos años raros, pero si nos metemos, que creo que lo haremos porque nos lo merecemos, vamos a subir seguro. Pero hay que ser regulares y apretar.
