La selección de Estados Unidos se proclamó campeona olímpica de baloncesto por quinta vez seguida, elevando a 17 su propio récord histórico de títulos, tras derrotar en la final de los Juegos de París 2024 a la anfitriona, Francia, por 87-98.
Victor Wembanyama, la joven estrella local, fue el máximo anotador del partido, con 26 puntos, mientras que Stephen Curry, con 24, fue el máximo realizador de Estados Unidos, con la que Kevin Durant se convirtió en el baloncestista más laureado del olimpismo, con cuatro oros.
Prometieron después de Atenas 2004 que no volverían a perder un oro y una vez más lo cumplieron en estos Juegos Olímpicos. Estados Unidos reunió a sus mejores hombres para despedir las carreras en selección nacional de Stephen Curry y LeBron James y lo hicieron de mejor manera que una película galardonada por el mundo. Francia fue clave de este dramatismo, mas no pudo ser la que quebrara la racha invicta del baloncesto estadounidense.
Esta pieza comenzó por el final con un concierto de orquesta guiado por triples simultáneos, bloqueos de LeBron James, puntos de todos en pintura e incluso un careo de mera intensidad entre Frank Ntilikina y Kevin Durant. La esencia del deporte ráfaga estaba al rojo vivo sin una solo jugada parada y dio pie a un Victor Wembanyama de fantasía que pegó a Joel Embiid a la madera con un cambio de dirección que levantó a toda la Bercy Arena después de finalizarlo con una clavada.
Nadie deseaba quedarse atrás en el marcador y después de la catarata de jugadas presentadas, la paz vino con una disminución de revoluciones por parte de Steve Kerr. Una defensa establecida por los visitantes recompensó en canastos desde la distancia por parte de Anthony Edwards y de esa misma manera pudo responder Francia para no permitir que su rival fuera al descanso con ventaja de doble dígito.
Tal era la confianza de los anfitriones que Guerschon Yabusele tomó en la pintura a LeBron y realizó un mate a una mano sobre él. Grave error para lo que estaba por venir.
Estados Unidos fue provocado, pero no perdió la cabeza. De inmediato regresaron de los vestidores y ampliaron su ventaja a doble dígito. Embiid repuso acciones en la pintura, pero la toma del partido fue con la receta del día cocinada desde el arco por Curry. A partir de ahí, la libertad en duela se dio para la quinteta norteamericana.
Durant con su dominio a media distancia, LeBron James atacando el aro en contragolpes y Anthony Davis apoyando con bloqueos. La maquinaria no se detenía, pero Francia abrió una última puerta de esperanza al cierre del tercer periodo de la mano de Evan Fournier y Nando De Colo.
Cinco minutos pasaron y el “Rey” dirigió el primer mensaje con otra clavada. De Colo lo respondió también en pintura y parecía que la voltereta era tangible. Hasta que Curry sin gota de presión marcó sentencia como solo él lo sabe hacer. Cuatro triples consecutivos -uno con doble marca y la chicharra encima- para apagar las luces de la arena.
Cuatro oros para Kevin Durant, récord olímpico de la disciplina. 24 puntos con 8 de 12 triples para Stephen Curry. 14 puntos, 10 asistencias y 6 rebotes para que LeBron James finalice con los mejores promedios del Dream Team en París. La gloria eterna para los Estados Unidos y un juego olímpico que jamás será olvidado.