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Martí Casas, el MVP del Reus Deportiu: «Es la Copa de la humildad»

Martí Casas revive con el Diari su actuación histórica con el Reus en la conquista de la octava Copa del Rey rojinegra. Cuatro goles en las semis y cinco en la final

11 marzo 2025 17:21 | Actualizado a 12 marzo 2025 07:00
Se lee en 3 minutos
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Martí Casas (Mataró, 1995) es el nuevo ídolo del Reus Deportiu. Su actuación en la octava Copa del Rey para la entidad reusense es de leyenda. Cuatro goles en semifinales ante el Liceo y cinco goles en la final ante el Lleida le convirtieron en el MVP y en el máximo goleador de la competición. Unos números históricos que han hecho que este título rojinegro lleve su firma.

¿Cómo se siente tras unos días de tantas emociones con final feliz?

Estamos en una nube todos. El que diga que se esperaba ganar esta Copa, miente. Íbamos todos con las expectativas muy bajas. Hasta la afición era consciente de la situación en la que llegaba el equipo, pero también sabían que si había alguien que era capaz de hacerlo éramos nosotros.

Nueve goles en dos partidos. MVP de la Copa. ¿Se da cuenta de lo que ha hecho?

Cuando me preguntaron tras la final si había hecho nunca tantos goles, pensé en mi etapa en Calafell cuando hice cinco goles en dos partidos seguidos, pero una cosa es eso y otra es el momento en el que lo he hecho. Cuando estás con ese estado es increíble.

Vayamos al pasado. Concretamente, al día del sorteo. Les toca el Calafell, el anfitrión, un rival en racha y su exequipo. ¿Qué siente?

Yo sabía que en el sorteo nos tocaría uno de los dos rivales más complicados posibles. Estaba convencido y se lo dije al equipo que nos tocaría o el Noia o el Calafell y así fue. Yo estuve muy bien en Calafell, tengo muy buenos recuerdos y volver al Joan Ortoll me remueve cosas. El espectáculo que se vivió en los cuartos de final es de los mejores ambientes que se pueden vivir.

Llega el día de partido. ¿Es cierto que temió no jugar la Copa?

En el Palau sufrí una luxación en la espalda y un problema en las cervicales y tenía el nervio del brazo afectado. No había dolor, pero no tenía fuerza. No he podido entrenar bien estos días, contra el Noia intenté probar, pero jugué 5-10 minutos y no daba de más. Gracias a los fisios, que tienen gran parte de mérito en esta Copa, por darme la tranquilidad y confianza de que todo lo que estaba en nuestras manos lo habíamos hecho. Por eso siempre digo que esta es la Copa de la humildad, el sacrificio y el trabajo. No hemos mirado más allá.

Es normal que se hable de su partido ante Liceo y Lleida, pero en Calafell ofrece esa versión tan completa que ha alcanzado desde que está en manos de Jordi García.

Mi objetivo en la Copa era sumar y ayudar al equipo de la forma que fuese. En el primer día intenté ayudar en defensa y con sacrificio.

Antes de jugar contra el Calafell, el Noia elimina al Barça. ¿Qué piensan en ese momento?

No tiraré de tópicos, a la que cae el Barça, todos los equipos que estábamos vivos pensamos: este año hay un campeón diferente. Si el Barça no está, hay una posibilidad más grande de ganar y quien diga que no es que no se ha mirado las estadísticas. Era una oportunidad muy grande.

«No hay secreto para los goles. Es creer y estar muy concentrado»»

¿Cómo vivió la noche antes de la final?

La viví muy cansado. Pensaba que dentro de 10 horas tenía que jugar de nuevo. Quería recuperar lo mejor posible y no pensar tanto en la final. Pude dormir pronto, pero a las seis de la mañana ya estaba nervioso con el gusano en la barriga y loco por jugar.

Vaya final. Demostraron que este Reus es un equipo campeón. El Lleida no lo puso nada fácil.

El Lleida comienza el partido de una manera increíble. El que no conociese al Lleida se sorprendería por su nivel, pero es que es el que lleva dando toda la temporada. Es un equipo que juega como los ángeles. Ellos se adelantan con un golazo y eso era un escenario nuevo para nosotros porque siempre habíamos ido por delante en la Copa. Nosotros en el vestuario siempre lo habíamos repetido que teníamos que estar preparados mentalmente para cualquier situación. Y así fue, el equipo reaccionó muy bien y nos centramos en el sistema de juego y por insistencia pudimos empatar y remontar.

Cinco goles en la final. Superó los cuatro goles en la semifinales y eso que parecía imposible.

El otro día hablando con un amigo me dijo que todos los goles habían sido al primer toque. Fueron goles de instinto dentro del área. No hay secreto, es creer y estar muy concentrado. No tener fantasmas dentro de la cabeza.

Pita el árbitro. Son campeones de la Copa del Rey. Sus compañeros corren a celebrarlo, pero usted no se puede ni mover del banquillo de la emoción. ¿Qué le pasó por la cabeza?

Yo estaba destrozado físicamente. De hecho, había tenido que pedir el cambio. Cuando pitó el árbitro me entró el bajón de golpe. Sentí una alegría incontrolable. No hay nada como ganar un título con el Reus.

Antes de llegar a sus compañeros se abrazó a Jordi García. ¿Qué me dice de su entrenador?

Es uno de los mejores entrenadores del mundo. Es un entrenador que ha sido jugador y nos entiende mucho en la pista y sabe lo que es representar al Reus porque la historia pesa. Durante estas semanas que he estado muy tocado a nivel anímico porque veía que el brazo no funcionaba y él me ha dado tranquilidad.

¿Y ahora qué? El Benfica en la Champions y los playoff de la OK Liga en el horizonte. Ya han demostrado que están listos para todo.

Hemos demostrado que podemos ganarle a cualquiera, pero que también podemos perder contra cualquiera. Tenemos la confianza y hemos demostrado que podemos estar con los más grandes y ganar títulos, pero sin perder nuestra esencia. Ahora sería un error pensarnos que somos mejor de lo que somos sin hacer el trabajo que hacemos previamente. La afición ya creía en nosotros y ahora nos espera un final de temporada emocionante. No sabemos si ganaremos otro título, pero haremos que estén orgullosos de nosotros.

En la celebración de la Copa fue claro: «Somos el mejor club del mundo». ¿Aviso a navegantes?

Estoy muy contento. Tengo un año más de contrato y no tengo pensado irme. Tenemos mucho margen de mejora y tenemos que seguir. Sería un error pensar en otras cosas.

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