El exradiofonista Enric Tricaz Martín (1945) presenta hoy ‘Herois sobre patins (1942-72)’, un libro sobre los orígenes del hockey patines en Reus editado por Cossetània. La cita es a las 19.00 horas en el Palau Bofarull.
¿Por qué esta historia del hockey en Reus?
El libro fue una idea de Pere Montpeó, el entonces director de la SER en Reus. Nos encargó a mí y dos compañeros de la emisora la historia del hockey en la ciudad, del cine y los castells. De los tres solo cumplí yo, pero me pasé.
¿Se pasó?
Sí, porque inicialmente debía ser un librito. Me fui entusiasmando, recopilando datos y hablando con protagonistas de la época, y al final aquello cogió excesivo volumen. De ahí que durmiera en un cajón 30 años.
¿30 años? ¿Y cómo ha visto finalmente la luz?
Benedicte Piqué (actual delegado de la Federació Catalana de Patinatge en Tarragona) siempre había estado muy interesado en que se publicara y movió los hilos necesarios para hacerlo posible mediante una comisión que ha revisado el trabajo. Han formado parte de ella también Jordi Bros, Raúl Rodríguez, Manel Boronat y Josep Baiges.
¿Cómo empezó el hockey en Reus?
En el Club Natació Reus Ploms. Pidió primero una pista de baile, en 1941. Pero el régimen la prohibió; en cambio sí aceptó una pista para patinar y ahí empezó, entre otros, Eladi Bergadà; hasta entonces patinaban en otros puntos de la ciudad. El hockey lo introdujo en esa misma pista Martí Montaña, un gerundense que realizaba el servicio militar en el campo de aviación. Iba a patinar al Ploms con un stick y un disco. Ofreció material a los patinadores y así empezó todo. Fue un cúmulo de casualidades.
Y nació el Ploms...
Sí, de la mano del propio Eladi Bergadà, Vila... El Ploms ganó la Copa de España en 1946. Años después de fundarse el Ploms lo hizo el Reus Deportiu, que en 1952 también quedó campeón de España. Luego vinieron el Patín Reus y el Ploms Club de hockey.
¿Había mucha rivalidad?
Muchísima. Aquellos duelos eran auténticas batallas. La semana de los partidos los jugadores de uno y otro equipo, que eran amigos en muchos casos, ni se saludaban por la calle cuando patinaban por la ciudad a modo de entrenamiento.
¿Y las aficiones?
También lo vivían con intensidad. Yo mismo vi a señores elegantes, vestidos con sombrero, saltar a la pista a pegarle al árbitro.
De la ciudad surgió la figura de Joan Sabater, considerado el mejor jugador del mundo en su momento.
Sin duda lo fue. Sabater sabía moverse como nadie en el cuadro y marcó una época en los sesenta y setenta. La otra gran figura de aquellos años era el portugués António Livramento; era una delicia verle sobre todo patinar.
Tuvo la suerte de ser el primer narrador de un partido de hockey en catalán.
Fue un Vic-Ploms de 1978. Decidimos distinguirnos a raíz de la salida de Ràdio Reus de Alfonso González, que había sido el maestro de las retransmisiones de hockey, en castellano en su caso.
Usted también fue árbitro...
Durante tres temporadas, a finales de los setenta. Tenía curiosidad por saber cómo se vivía desde dentro un partido de hockey.