Se llama Ceuta, pero se pronuncia infierno. Desde que finalizó la temporada regular y el Nàstic quedó emparejado con el conjunto ceutí, la visita de esta noche al Alfonso Murube se vislumbra como un auténtico calvario. No hay síntomas posibles de relajación. Da igual que el Nàstic haya sido segundo y el conjunto ceutí haya sido quinto en la clasificación final de sus respectivos grupos, nada invita a pensar que la ida de las semifinales vaya a ser un paseo. Todo lo contrario, en el conjunto tarraconense están preparados para tener que caminar sobre brasas.
El Ceuta es un equipo incómodo, peligroso y que en una buena tarde de juego puede arruinarle la vida a cualquiera. En casa todavía saca más a relucir su colmillo. Para que se hagan una idea, ha sumado 41 puntos como local, los mismos que el Nàstic en el Nou Estadi Costa Daurada. Son números excelentes si se tiene en cuenta que los granas han sido el mejor local del grupo I.
Ceuta, territorio de máxima exigencia
Dani Vidal ya avisaba en la previa del encuentro que espera «un ambiente calentito». Ha lanzado el mensaje durante toda la semana a sus jugadores. Los ha preparado para una guerra en la que no habrá clemencia. Va a tocar sobrevivir en esos momentos de tromba que el Ceuta tenga y sacar la espada cuando el contexto de partido de un respiro. Si algo tiene el conjunto grana es que no puede salir a no perder. Hacerlo, sería un error garrafal que probablemente llevaría al camino de la derrota a los tarraconenses.
El técnico grana va a plantear un partido en el que el Nàstic siempre esté listo para competir y nada le pille por sorpresa. Si algo ha definido a los granas a lo largo del curso es su capacidad competitiva en los múltiples escenarios de juego que se le han presentado por delante. El equipo tarraconense es capaz de plantear un partido desde un punto de vista más defensivo, ofensivo e incluso neutral, pero sobre todo tiene la capacidad de ir modificando su esencia en función de lo que demande el encuentro.
Plan de partido
Probablemente el Ceuta tenga una salida en tromba en la que obligará al Nàstic a disfrutar defendiendo. Lo han hecho durante toda la temporada y por eso son el equipo menos goleado, así que ese escenario ni mucho menos les amedrenta. Con el paso de los minutos, habrá más aire y allí el Nàstic intentará asomar la cabeza. Los granas han demostrado ser un equipo que si tiene oportunidad de atacar, lo hace. En las últimas semanas ha mejorado su punch ofensivo, gracias en parte a la mejor versión mostrada por Alan Godoy, una de las grandes esperanzas de los tarraconenses de cara al play-off.
Pero el canario no está solo. A su lado tiene a otros jugadores que llegan en muy buen estado de forma. Pablo Fernández, Jaume Jardí, Marc Fernández, Álex Mula, Andy Escudero... Todos quieren jugar, pero no hay espacio para todos, por lo que titulares y suplentes ya saben que su incidencia en el marcador puede estar presente sea cual sea su rol en Ceuta.
Respecto al once frente al Rayo Majadahonda se prevén bastantes cambios. Vidal montó un once en el que dio refresco a algunos titulares y también jugó con los apercibidos. Gorostidi, Pablo Fernández, Joan Oriol, Alan Godoy y Marc Fernández lo estaban y el técnico tarraconense reservó a los tres últimos que no vieron tarjeta y ya están limpios para el resto del play-off, por lo que si hoy ven amarilla, no serán baja para la vuelta.
Un once con dudas
El once que planteará hoy el Nàstic tendrá todo el sabor a titular del mundo. Hay pocas dudas porque la recta final de la temporada ha ido despejando incertidumbres. La defensa será la de siempre. Varo en portería, Pol Domingo y Joan Oriol en los carriles y Nacho y Trigueros en la zaga. En el centro del campo hay dos puestos para cuatro jugadores que han sido titulares a lo largo del curso. Sanz y Gorostidi han ganado la partida a Borja y Montalvo en las últimas semanas y podrían repetir en Ceuta. Arriba hay cuatro plazas libres y Pablo Fernández, Alan Godoy y Jaume Jardí han hecho méritos para copar tres de ellas. Así pues, las dudas estarán en el costado izquierdo en el que David Concha, Andy Escudero y Marc Fernández presentan méritos similares, pero virtudes distintas, por lo que Vidal decidirá en función de lo que quiera reclamar sobre el verde.
El Nàstic acude a Ceuta con la serenidad por bandera. Es un partido en el que no se puede fallar, pero la vuelta está ahí y el Nou Estadi será el juez definitivo de la eliminatoria. Eso permite ver las cosas con más tranquilidad. Hoy toca sobrevivir.