Nada más cruzar la línea de meta de Vitoria y recibir la medalla de finisher Dani Jiménez se arrodilló, la mordió con fuerza, abrió los brazos en señal de victoria y mostró orgulloso el dorsal en el que aparecían los nombres de su madre y de su padre, Elsa y Joan. A ellos quiso regalar un momento tan especial, el de los 100 maratones, que convierten a este tarraconense de 33 años en el español más joven en completarlos. «Corrí con el corazón para poder dedicarle a estas dos personas maravillosas la oportunidad de tener una vida en este mundo. Gracias a ellos soy quien soy», explica emocionado The Barber Run, el apodo con el que se conoce a este peluquero y a la vez corredor amateur.
Dani logró la mágica cifra hace exactamente una semana en Vitoria, el pasado 14 de mayo, tan solo ocho años después de disputar su primera carrera de los 42,195 kilómetros, la Marató Costa Daurada de Tarragona de 2015.
Desde entonces ha corrido en ciudades y países muy diversos, aprovechando buena parte de sus fines de semana para dar rienda suelta a su pasión. La gran mayoría han sido en España, 79 (ocho en Barcelona, el maratón que más), pero también ha viajado hasta Italia (6); Francia (4); Portugal (3); Gran Bretaña (2); El Vaticano (2); República Checa (1, la primera internacional); Bélgica (1); Líbano (1) y Suiza (1).
En muchas de ellas, además, ha ejercido como liebre, habitualmente de las 3 horas y 45 minutos, aunque su mejor marca es de 3h19:58 que firmó el pasado 15 de enero en Almagro. «Nunca me ha importado el crono, aunque a partir de ahora pienso bajar el frenético ritmo y buscaré más la calidad con el primer propósito de intentar bajar de las tres horas», explica. Bromea además al fijar «las 169» como nuevo objetivo.
Lo afirma después de desvelar que corrió 16 maratones en las últimas 19 semanas para poder llegar a las 100. Curiosamente se quedó sin celebrar la Nochevieja ya que empezó el año corriendo en Zurich. «Es una prueba distinta a cualquier otra. Arranca a las 00.00 y se corre durante la noche», asegura.
Aunque si tuviera que elegir alguna, como la más especial de ese centenar, se queda con la de Vinyols i els Arcs. «Es por equipos, pero me dejaron correrlo dos veces completamente solo. Me cuidan muy bien», indica Dani, quien allá donde se pone un dorsal vincula sus participaciones a causas solidarias a las que destina los fondos que obtiene.
El tarraconense no sabía cuándo ni dónde iba a alcanzar los 100, después de que diversas vicisitudes complicaran su objetivo desde que comenzara el año. La más grave fue la aparición de dos verrugas en el pie izquierdo que le obligaban a apoyar mal el derecho y derivaron en una lesión. «He corrido varios maratones con esta dolencia», asegura. Sin olvidar que el pasado 2 de abril, por ejemplo, no pudo competir en Brighton por un golpe de calor (había volado el día anterior tras completar el maratón de Ibiza).
En toda esta aventura agradece especialmente a Adrià Revelles que le haya acompañado en una treintena de carreras, como atleta y fisio personal: «Te quiero siempre en mi vida, gracias por tu preciosa amistad», dice sobre él; cita también a varios colaboradores como Spa i Salut Torredembarra; H20 Tennis Salou y el Nàstic.