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El Nàstic, de mal en peor

Iñaki Alonso no consigue reparar los problemas del equipo que arrastraba Raül Agné y el Nàstic se sitúa más cerca del descenso que del play-off

12 febrero 2023 19:07 | Actualizado a 12 febrero 2023 22:27
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De capa caída. La temporada del Nàstic va hacia abajo y en barrena. El descenso hacia la parte baja no tiene freno. Iñaki Alonso no está encontrando las soluciones para detener la dinámica que llevó al club a destituir a su antecesor en el cargo. La comparativa no le favorece. Con cuatro jornadas, tampoco es justo llevarla a cabo. Calcular la media de puntos de uno y otro. Pero sí que admite una primera valoración sobre los problemas existentes a su llegada y si ha puesto remedio. Se puede avanzar, a juzgar por los resultados, que la respuesta es negativa.

Una de las grandes cargas que arrastraba Raül Agné desde que se sentó en el banquillo del Nàstic, incluso antes, cuando se anunció su fichaje, eran sus planteamientos conservadores de los partidos. Principalmente lejos del Nou Estadi. El técnico de Mequinenza acostumbraba a hacer partidos largos. Tirando partes enteras con guiones soporíferos. Que no pasara nada durante los primeros 45 minutos era una máxima habitual que desesperaba, con razón, a la afición.

En este sentido, el partido del Nàstic en Murcia del sábado podía haberlo firmado el mismo Agné. Como esos se han visto muchos. En la primera temporada -recuerden, entre otros, San Fernando- y en la segunda -Real Sociedad B. La diferencia entre uno y otro es que en los partidos de casa, antes había un ímpetu que ni frente al SD Logroñés ni ante el Bilbao Athletic se vio.

Iñaki Alonso comprobó lo que su predecesor en el cargo tenía asumido, los errores en una zaga defensiva que no es la del curso anterior. Solo ha cambiado una pieza, Aythami por Josema, pero el rendimiento es infinitamente peor. Con los tantos de Pedro León y Javi Rueda son ya 28 goles encajados este curso. Dos más y habrán alcanzado la cifra total de la competición regular del año pasado.

El penalti de Pedro del Campo es un error de cadete, como lo es la falta de coordinación y concentración de Josema y Èric Montes en el saque de esquina que el lateral derecho (!) del Real Murcia remata a la red.

La ausencia de Trilles, que se dejó ver antes del duelo sobre el césped de la Condomina realizando unos ejercicios de recuperación, ha rebajado el nivel competitivo de la zaga. Cuando uno tiene el sitio asegurado, baja la intensidad. Así ha sucedido.

La solidez que parecía haber recuperado el técnico de Durango en sus primeros partidos era ilusoria. En cuanto llegó un conjunto con algo de mordiente arriba y preciso, la portería a cero voló por las nubes.

A nivel táctico, Agné se mostró más cerrado. Confió siempre en el 4-4-2, con algunos matices. Era su idea y no la cambió, pese a había situaciones que clamaban un cambio. Tenía claro su estilo y no se movió.

Sin embargo, Iñaki Alonso ha buscado alternativas. Sin acabar de creerse ninguna. O, almenos, sin conseguir que sus futbolistas la expresaran sobre el terreno de juego. Empezó su andadura con un rombo en el medio del campo de una disposición 4-4-2. Una exposición desfasada que le duró media parte. El 4-2-3-1 aguantó algo más. Un partido y medio, beneficiado por la victoria en el campo del Intercity. Pero ante el Bilbao Athletic hizo aguas. En Murcia, un 4-3-3 con los mismos cortocircuitos que los otros. No es cuestión de sistema. Los estados de forma de los futbolistas, los planteamientos táclticos más allá del dibujo y los detalles no funcionan. Ni lo hacían con un técnico ni con otro. Lo que ocurre es que ahora, el tiempo se acorta. El primer puesto es un cuento chino y el play-off comienza a tomar derroteros de convertirse más en una ilusión que en una realidad. Hace falta mucha mano para cambiar las cosas y focalizar al equipo hacia arriba.

El guion habitual en las crisis granas se ha puesto en marcha. Con la carta ‘entrenador’ agotada, comienza la batalla entre unos y otros por lanzar acusaciones. Unos, que curiosamente señalaban como máximo responsable al inquilino del banquillo apuntan ahora al verde. Josema, Quintanilla, Pedro, Aarón Rey, etc. son nombres que han salido ya como indignos. Luego saldrán otros. Si Pablo falla un gol no se salvará del dedo acusador, aunque haya salido vencedor otros aspectos del juego.

No faltarán los que miren al ‘diseñador’ de la plantilla, el director deportivo David Comamala. Aun admitiendo que es una de las más talentosas de la categoría.

Y tampoco perderán su oportunidad devoradora los que dirijan sus voces al palco. El desgaste de temporadas (muchas) con objetivos incumplidos los convierte en un blanco apetecible.

Todos tiene su parte de razón. Incluso los que responsabilizan al entorno. Nadie se salva. Unos hacen el once, otros juegan, unos fichan, otros toman las decisiones de cesar y contratar, etc. Un conjunto de piezas que a día de hoy hacen aguas. Una avería que solo se arregla a base de victorias. Si llegan, como en Vigo, se abrazarán todos. Si no, resignación y a por otra temporada.

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