El fútbol da mucha vueltas y casi siempre ofrece reencuentros. Carlos Blanco es un jugador que este mercado de verano firmó por el Sestao River. El central catalán seguirá acumulando partidos en una categoría en la que se ha establecido, aunque hubo una vez en la que las predicciones apuntaban que su presencia en la élite era una realidad casi segura.
Blanco fue una de las promesas que brillaron fuera en La Masía en las categorías inferiores del FC Barcelona. Su potencial era tal que llamó la atención de otra de las grandes canteras del fútbol europeo. La Juventus decidió apostar firmemente por él y se llevó a Italia en edad juvenil. El defensa sumaba ocho temporadas en La Masía cuando decidió cambiar de aires en una apuesta arriesgada.
El central creció en la Juventus e incluso llegó a entrenar con el primer equipo en el que por aquel entonces había centrales históricos de la talla de Barzagli, Bonucci o Chiellini. Blanco fue una pieza clave en el filial de la Vecchia Signora, pero nunca pudo derribar de forma total la puerta del primer equipo. Por eso se marchó cedido al Lausanne Sport suizo antes de volver a España.
El destino quiso que Carlos Blanco volviese al fútbol español de la mano del Nàstic en Segunda División en la temporada 2017-2018. Blanco aterrizó con el cartel de ser un central de mucho presente y sobre todo mucho futuro. Un defensa con muy buena salida de balón, contundente en el juego aéreo y que venía a darle un salto cualitativo a la defensa grana. Carreras, entrenador del Nàstic por aquel entonces, le consideraba vital en su idea de juego asociativo que nunca cuajó.
Blanco duró poco en Tarragona. La aventura fue tan efímera que solo duró cuatro meses. El central apenas disputó cuatro partidos con el Nàstic y la marcha de Lluis Carreras del banquillo, su gran valedor, a las primeras de cambio adelantó su final.
En el mercado de invierno, Blanco hizo las maletas y firmó por el Betis Deportivo. Allí comenzaría una andadura que le ha llevado por varios equipos del bronce. Otro filial importante como el Villarreal B, el Marbella, el Alcoyano, el Cornellà y el San Fernando han sido sus otros equipos en la tercera categoría del fútbol español.
Ahora, Blanco a sus 28 años es uno de los centrales más experimentados de la Primera RFEF. El año pasado vivió su tercer descenso y el Sestao River estuvo atento para ficharle.
De momento, en la primera jornada de este curso fue titular y disputó los 90 minutos en Las Llanas. Allí le tocó bailar con otro ex del Nàstic como Gorka Santamaría. De hecho, no pudo impedir el tanto del delantero que este pasado verano cambió Tarragona por Salamanca. Sestao y Unionistas empataron a uno en un debut agridulce.
Hoy, Blanco deberá bailar con hasta dos parejas de baile de mucha altura. Pablo Fernández y Antoñín Cortés quieren estrenar su cuenta ante el Sestao. ¿Será capaz el ex del Nàstic de frenarles? Veremos.