El Calafell no pudo evitar la derrota ante un Liceo que mostró su versión más firme en un Joan Ortoll que iba a terminar conquistando de manera más o menos holgada.
Madrugó el Liceo para dar el primer golpe en el Joana Ballart consciente de que en tierras calafellenses no iba a estar exento de sufrimiento. Sufrir desde la ventaja siempre lo hace todo más fácil y por eso los gallegos comparecieron con ganas de dar el golpe de manera temprana. Lo lograron mediante la figura de Álex Rodríguez que abrió el marcador cuando todavía no habían ni transcurrido cinco minutos de partido. Tremendo disparo desde su casa para adelantar a los visitantes.
Si algo sabía el Liceo es que enfrente había un equipo que nunca se rinde. Le da igual todo, juega y compite como si el resultado le fuera indiferente. Jordi Ferrer daba fe de esta actitud cuando empataba el partido. Estaba más listo que nadie para encontrar en un disparo lejano de Escala una asistencia que él convertía en gol y en el empate en el marcador.
Se las prometía felices el Ortoll en ese momento, pero el olfato de Álex Rodríguez resulta incontenible en muchos momentos. El ex del Reus se fabricó solo un gol tras una buena acción individual que culminaba con un disparo que se colocaba en el palo largo de la portería de Camps.
Ya en la segunda mitad, Arnau Canal marcaba el tercero el Liceo y le ponía las cosas muy complicadas al Calafell. A ocho del final, Luis Ricart parecía sentenciar el encuentro, pero Miras no estaba por la labor y con un doblete lo ajustaba para la agonía. Sin embargo, el Calafell no iba a encontrar el empate, aunque lo intentó hasta el final.
