Godoy y Jardí fabricaron el triunfo ante la SD Logroñés que despeja las dudas y mete al Nàstic en el playoff. Este domingo, si la Cultural no gana al Teruel, los granas serán equipo de promoción con las matemáticas bajo el brazo. La SD Logroñés pagó los platos rotos de los dos últimos encuentros en una mejorada versión de los tarraconenses. Se generaron más ocasiones y dos se tradujeron en gol gracias a la inspiración de una pareja de ases ganadora. Si Godoy y Jardí exhiben ese nivel, el Nàstic vuela. El triunfo llevó sus firmas.
Decía Dani Vidal que su partido perfecto a nivel ofensivo era el plasmado en el Reino de León. Allí el Nàstic generó ocasiones, pero no marcó. Hay que quedarse con lo primero porque el conjunto grana está siendo últimamente un equipo al que no le falta colmillo, hay partidos en los que directamente no muerde.
Con ese condicionante en la cabeza planteó Dani Vidal el once. Metió dos delanteros, Godoy y Pablo Fernández, y los arropó con los jugadores con mayor colmillo exterior del equipo, Concha y Jardí. Si el plan era generar ocasiones, resultó perfecto. El Nàstic acumuló hasta cinco acciones de peligro en el primer cuarto de hora inicial. Godoy fue el estilete ofensivo. Se le vio dinámico, ágil al espacio y creativo en espacios reducidos. La doble punta le alza. La más clara la tuvo él con un disparo al larguero tras un centro envenenando en el 10’. Fue su carta de presentación.
Superada la tromba inicial, el Nàstic comenzó a pensar demasiado. Los viejos fantasmas volvieron. El equipo parecía decirse a sí mismo que de nuevo había perdonado en exceso. Así que el encuentro se estabilizó y la SD Logroñés controló su frecuencia cardiaca. Pero poco tardó en ver su pulso acelerado.
El Nàstic hizo de la virtud defensiva su lanzadera ofensiva. Una recuperación en área propia terminó en los pies de Jardí que encontró a Godoy en pleno vuelo. El canario demostró porque viene del fútbol profesional. Nada es casualidad. Se fabricó una jugada individual de mucho talento y decisión para culminarla con un disparo al palo largo que entró lamiendo la red lateral. Una definición de quilates para levantar al Nou Estadi y poner el partido en el contexto ideal para los granas. Es lo que tiene tener la mejor defensa de la categoría.
Pero no hay tarde tranquila en el Nou Estadi en este 2024. El Nàstic, que había marcado el segundo mediante Godoy en un tanto invalidado por un polémico fuera de juego del canario, se encontró con un bofetón inesperado antes del descanso. Dolió mucho porque fue producto de una pérdida de esencia ganadora. Faltó contundencia en un despeje tras una falta frontal y Ezkurdia colocó su disparo haciendo inútil la estirada de Varo. Leña al fuego.
Si la cosa va de fuego, Jardí tiene cerillas en su zurda. Echa gasolina siempre que puede. La SD Logroñés le dejó un regalo en la frontal en forma de libre directo nada más reanudarse el duelo. El reusense golpeó con su zurda de seda. Le pegó delicado, pero a la vez potente. Perfecto para superar la barrera y encontrar la escuadra. El 2-1 llegaba justo al comenzar la segunda mitad. Ni siquiera había dado tiempo a ponerse nervioso.
Godoy con una volea repleta de plasticidad casi encuentra el tercero. También lo tuvo Mula con una bonita combinación con el canario que terminó con un disparo que repelió el meta rival. Dufur con un remate tras una falta lateral también vislumbró la tranquilidad, pero tocaba sufrir y el 2-1 es un resultado que siempre se mira con recelo.
Godoy y Jardí se marcharon a la vez. Ovacionados. El Nou Estadi se rindió a sus respectivas actuaciones. Fueron los encargados de devolverse la sonrisa a un conjunto grana, que ahora sí, ya saborea el playoff. Este domingo puede ser matemático.
