En el mercado de verano del 2020, el Nàstic firmaba a Carlos Vicente para la Pobla, pero con vistas al primer equipo. El extremo llegó a Tarragona procedente del filial del Real Zaragoza. Un jugador de banda que había brillado en el Deportivo Aragón y que llegaba a Tarragona para dar el salto. El jugador de 21 años entró en la dinámica del equipo de la Pobla y, a pesar de tener licencia federativa del filial, se esperaba que diera el salto al primer equipo del Nàstic.
Sin embargo, el jugador no estuvo cómodo con el hecho de no jugar con el Nàstic y decidió rescindir su contrato con la entidad tarraconense en un movimiento que con el paso de los años le ha dado toda la razón. A día de hoy, Carlos Vicente ya es jugador de Primera División. Ha alcanzado la élite. Ha firmado por el Alavés en esta ventana de invierno después de contar con el seguimiento de la mayoría de equipos de Primera División, entre ellos el Valencia, pero finalmente se ha decantado por la oferta del conjunto de Vitoria.
Ha sido el premio a sus buenas actuaciones en el Racing Ferrol, en el que ha completado una temporada y media, siendo el año pasado uno de los mejores jugadores de Primera RFEF y una de las revelaciones esta temporada en Segunda División.
Carlos Vicente Robles aterriza en Mendizorroza tras convertirse en una de las sensaciones en el inicio de la presente campaña en LALIGA Hypermotion. Eléctrico, potente y con buen desborde junto a la línea de cal, ha repartido hasta cuatro asistencias en esta primera mitad de campeonato y suma a sus cualidades una notable capacidad goleadora (4 goles en 20 partidos).
Formado en las categorías inferiores del Real Zaragoza, pasó después por Ejea y Calahorra, donde se destapó anotando 11 goles en Primera RFEF antes de recalar en el conjunto gallego, con el que firmó durante la pasada temporada 8 goles y 12 asistencias, siendo a la postre fundamental para el ascenso del Racing de Ferrol a la categoría de plata.