Ander Gorostidi alcanzó los 100 partidos oficiales con el Nàstic de Tarragona en la derrota ante la Cultural Leonesa, en el Reino de León. Una cifra emblemática para un jugador que ha luchado y creído mucho en sí mismo para alcanzarla. Una historia de superación en la que rendirse habría sido lo fácil.
El mediocentro podría haber dicho adiós al Nàstic cuando su situación individual invitaba a ello. El centrocampista vasco llegó hace tres veranos procedente del Alcorcón, siendo una de las grandes incorporaciones estivales del conjunto grana aquel año. Para vestir la zamarra grana, Gorostidi rechazó otros proyectos en Primera RFEF de gran renombre deportivo y económico.
Su decisión fue valiente, porque el vasco apostó por un proyecto en el que necesitaba recuperar la confianza que le había llevado a ser una pieza clave en Segunda División con el conjunto alfarero en la temporada 2020-2021. Al año siguiente, vivió un descenso traumático con el Alcorcón en una campaña gris tanto en lo personal como en lo colectivo.
Con ese recuerdo a cuestas, aterrizó en Tarragona. El medio trataba de dejar atrás su pasado y, en el Nou Estadi, buscaba reencontrarse con su mejor versión. Pero no fue fácil. Aun así, en su primer curso como grana acumuló 21 titularidades en un año con tres entrenadores: Raül Agné, Iñaki Alonso y Dani Vidal.
El Nàstic se salvó y Gorostidi comenzó la siguiente temporada con ganas de dar un paso adelante. La ilusión estaba presente, pero los primeros meses de competición fueron duros. Dani Vidal no le dio continuidad, debido a la gran competencia, y eso provocó que su salida en el mercado de invierno estuviera sobre la mesa.
Ahí, en ese preciso instante, Gorostidi podría haber optado por marcharse, pero decidió seguir. Una charla con Dani Vidal fue clave para darse una oportunidad más, probablemente la última.
El técnico grana no le prometió titularidades, pero sí oportunidades si se las ganaba. El futbolista formado en Zubieta aceptó el reto y, poco a poco, fue ganando minutos hasta terminar la temporada como titular indiscutible. Solo se perdió la ida de la final del play-off ante el Málaga. En la vuelta, en el Nou Estadi, disputó 106 minutos y vivió en sus propias carnes la pesadilla de aquel 22 de junio de 2024.
El verano llegó y Gorostidi terminaba contrato con el Nàstic. Su gran segunda vuelta atrajo propuestas muy tentadoras, tanto en lo deportivo como en lo económico, de clubes como Ceuta y Andorra. Ambos pusieron toda la carne en el asador, pero el vasco decidió seguir porque sentía que su historia en Tarragona no podía tener un final tan triste después de tanta lucha individual y colectiva.
«Me mueve el sentimiento y no el dinero» fue una de las frases que dejó en la entrevista concedida al Diari este mismo año. Sus palabras no eran de cara a la galería: eran pura verdad. Este año su importancia está siendo capital. Es la temporada con más titularidades en liga (24 partidos) y con más goles como grana en un solo año (5 dianas). Unos números que le convierten en clave para la recta final de temporada que está por delante.
Ahora Gorostidi ya es centenario, y el objetivo es celebrarlo al final de temporada con el ascenso bajo el brazo.
