Suele ocurrir que el primer partido en un torneo del KO se les atraganta a los grandes. Sucede porque el pequeño no tiene nada que perder y juega con los nervios del rival. Le sucedió a un Reus que en los cuartos de final de la Copa del Rey tuvo enfrente a un Girona que prometía guerra y la dio. Los gerundenses propusieron un tú a tú que convirtió el duelo en un intercambio de golpes protagonizado por dos pistoleros por bando: Álex Rodríguez y Marc Julià por el costado rojinegro; y Xavier Gurri y David Gelmà por el bando gerundense. Con tres goles por barba convirtieron los cuartos de final en un partido vibrante y de alternancias continuadas.
La victoria la selló Álex Rodríguez para el Reus Deportiu Miró cuando los penaltis asomaban por el túnel de vestuarios. Quedaban tres segundos para la conclusión de la segunda prórroga cuando el jugador osonense encontraba el camino al gol. Tomaba carrerilla por detrás de la portería Llaverola para en un alarde de técnica y astucia anotar el tanto que daba la clasificación para las semifinales de la copa del Rey que se está disputando en el Pabellón de los Deportes de Riazor de la Coruña. Su rival hoy (20.00 horas) saldrá de la eliminatoria entre el FC Barcelona y el Noia. En la otra semifinal (17.00), Liceo y Caldes se medirán por un puesto en la final del domingo.
Los gerundenses se adelantaron en los primeros minutos de encuentro gracias a un penalti que transformó David Gelma. No falló y quiso meter el miedo en el cuerpo a un Reus que reaccionó con firmeza, también de penalti por medio de Álex Rodríguez.
El Girona no se descompuso con el gol rojinegro. David Gelmà tenía ganas de rebelión y volvió a hincar el diente en la defensa rojinegra. Era su segundo gol de la mañana. Fue con un tiro escorado que sorprendió a Candid Ballart.
El Reus no pudo empatar con tanta celeridad como en el primer gol, pero sí que lo logró justo antes del descanso. Un momento clave para cortar las alas a un Girona que se las prometía feliz antes del final de la primera mitad. Marcó Marc Julià y el encuentro se marchó al entretiempo con todo por decidir.
Si la primera mitad había consistido en un intercambio de golpes, la segunda también respondió a ese guion. No perdieron el tiempo ambos equipos, aunque esta vez fue el equipo rojinegro el que golpeó primero. Romà Bancells colocaba el 3-2 en el marcador de manera efímera porque el Girona no se dejó amedrentar. Gurri empató y la reacción pudo ser todavía mayor, pero Ballart apareció parando un penalti y el rechace de este.
Si perdonas lo pagas y eso le sucedió a un Girona que observó como la figura de Álex Rodríguez volvía aparecer para anotar su segundo gol de penalti. Era un partido de emociones y eso provocó que el atacante viera la azul. Avisó Gurri y apareció Ballart en la pena máxima, pero no pudo hacer lo mismo en la siguiente acción. La reacción gerundense se consumaba con otro tanto de Gurri que le daba la vuelta al marcador en un abrir y cerrar de ojos. El conjunto de Jordi García bajó la guardia y los gerundenses aprovecharon al ver que era ‘su’ momento en el partido.
El Reus se vio fuera, pero Marc Julià lo volvió a meter dentro. Empató de penalti. Poco duró la alegría porque Gelmà volvía a adelantar al Girona en pleno clímax goleador. Julià no se quedaba atrás y replicaba con otro gol, esta vez de penalti, que empataba el partido (6-6).
El partido estaba en trance. Y ahí se mantuvo hasta el final del choque. También durante buena parte de las dos prórrogas. Los penaltis comenzaban a aparecer como el menor de los males. Pero cuando faltaban tres segundos para el final apareció el talento rojinegro. Álex Rodríguez se puso el traje de mago y se sacó de la chistera un gol que metía al Reus Deportiu en las semifinales del torneo. Uno de los últimos servicios del jugador antes de firmar por el Liceo