Raül Agné seguirá siendo entrenador del Nàstic al menos de momento. La mañana del domingo ha sido clave para decidir el futuro del entrenador. El Consejo de Administración se ha reunido esta mañana con David Comamala, director deportivo, tras decidir que el técnico de Mequinenza seguirá, pero que su continuidad al frente del proyecto depende de lo siguiente: o gana los dos siguientes partidos o su etapa en el Nou Estadi habrá llegado a su fin.
Más allá del alambre en el que vive ahora Agné, el Consejo también le quiso trasladar al director deportivo el descontento que existe con la plantilla. Se considera que se ha diseñado un proyecto para estar arriba del todo y los resultados y las sensaciones distan mucho de lo esperado. El Consejo de Administración ha dejado claro que se sienten muy decepcionados y cabreados con unos jugadores que de momento se considera que no están a la altura del escudo. El Nàstic está ahora mismo peleando en la zona baja de la tabla cuando su obligación era estar desde el primer día en la zona noble.
Así pues, Agné ya conoce que debe hacer seis puntos de los próximos seis posibles. Puras matemáticas, sino se gana no valdrá nada de lo demás. Ni una buena imagen ni nada por el estilo. Es momento de sumar de tres en tres para abandonar la zona baja de la tabla de una vez y acercarse al lugar deseado. Si lo consigue ya, el técnico de Mequinenza seguirá, sino habrá recambio en el banquillo.
La losa del Nàstic como visitante ha pesado demasiado para que se llegue a esta situación. Lo ha hecho en el club, en la cabeza de los jugadores y también en el cuerpo técnico. Todo el crédito que se conseguía en el Nou Estadi se ha tirado por la borda lejos de él. La derrota en Zubieta ha revivido de manera firme una crisis que ante el Murcia parecía cerca de estar superada, pero ni mucho menos lejos de la realidad.
