El nuevo Hospital Joan XXIII de Tarragona es, sin ningún tipo de duda, la principal apuesta de la Generalitat para el territorio. Un proyecto muy reivindicado y que, por fin, ahora se ve traducido en inversiones. Además, las cuentas del presidente Pere Aragonés también contemplan para la ciudad de Tarragona dos partidas más –de entre 250 y 300.000 euros cada una–, para equipar la nueva UCI del hospital Joan XXIII y el servicio de Urgencias.
Finalmente, y gracias a una ayuda europea de los fondos Next Generation, este año debe ser el del CAP La Granja. La Generalitat se encuentra inmersa en el proceso de adjudicación de la ampliación del ambulatorio de Ponent.
Para este 2023, el gobierno autonómico prevé un total de siete millones de euros para la fase 1 de la transformación del Hospital Joan XXIII. Concretamente para construir el nuevo edificio puente, que conectará el edificio C –el de las Urgencias– con el nuevo, que será el principal. El edificio de unión contará con una planta baja y dos pisos planta, además de una instalación en la cubierta.
En la planta baja habrá un área de recepción de Urgencias, lo que significa que cambiará el acceso del servicio. En la primera y segunda planta se encontrarán los despachos médicos y las salas de reuniones. A lo largo de este año, se llevará a cabo el proceso de adjudicación de estas obras, mientras se pone punto final a los trabajos previos que se están haciendo en la actualidad.
También hay una partida concreta de 255.000 euros para equipar con la última tecnología la ampliación de la UCI del Hospital Joan XXIII.
Este es un servicio –de los pocos– que quedará en pie un vez esté construido el nuevo complejo sanitario, en 2026. Hace poco más de medio año, el entonces conseller de Salut, Josep Maria Argimon, inauguraba la primera fase de la UCI, con 12 camas de críticos. Ahora se están haciendo las obras de la segunda fase, que sumarán 10 boxes más. Este 2023 es momento de equipar el servicio.
Finalmente, la Generalitat anunció hace unos meses la esperada rehabilitación y ampliación del CAP La Granja-Torreforta, con una inyección de 2,6 millones de euro, procedentes de los fondos Next Generation. Este ambulatorio es el segundo que atiende a más vecinos de la ciudad –solo superado por el CAP Jaume I– y que ya hace tiempo se había quedado pequeño.
Obras y tecnología en Reus
En Reus, las inversiones programadas en cuestiones de salud se concentran en tres equipamientos concretos: el Hospital Universitari Sant Joan de Reus, el CAP Sant Pere y el CAP Llibertat. La del centro hospitalario es una inyección cuantiosa, que se cifra en alrededor de 4.750.000 euros. En este sentido, los fondos irán destinados a la implementación de mejoras y la compra de aprovisionamientos.
Fuentes del Departament consultadas al respecto explican que, a grandes rasgos, el importe se repartirá entre diferentes intervenciones dirigidas a incorporar maquinaria, utillaje y poner al día instalaciones del Sant Joan; pero que también sufragarán algunas obras en edificios y construcciones. Además, esos 4,7 millones posibilitarán la adquisición de mobiliario, enseres y equipos de procesamiento de datos, así como la puesta en marcha de aplicaciones informáticas y la obtención de material de transporte.
Por otro lado, en cuanto al CAP Sant Pere, los presupuestos deben impulsar el desdoblamiento del espacio de atención primaria, que va asociado a la construcción de unas 70 viviendas de protección oficial y libres, además de un parking subterráneo con un centenar de plazas, todo ello en el barrio del Carme. La parte inmobiliaria del proyecto cuenta con una reserva de 6,8 millones de euros, mientras que la que se llevará el nuevo CAP todavía no se ha detallado, a la espera de disponer del solar.
Así lo confirma Salut, que recuerda que el movimiento consistirá en trasladar una de las dos áreas básicas de salud (ABS) que actualmente ocupan el edificio del Camí de Riudoms –conviven allí la 1 y la 2– hacia un inmueble de nueva creación en el Carme. «No hay partida concreta en los presupuestos pero se hará efectiva cuando culminen los trámites previos entre el Ayuntamiento de Reus y el Incasòl», que deben cerrar un convenio para levantar el complejo, tal como especifican las mismas fuentes. El desdoblamiento del CAP Sant Pere es una promesa que viene de lejos, que ha pasado por diferentes formas y que aún está pendiente de materializarse.
El caso del CAP Llibertat es distinto. El proyecto previsto para el centro forma parte del Programa d’Impuls a la Rehabilitació d’Edificis Públics (PIREP) y se le ha asignado una dotación de 1,3 millones. Este programa persigue la rehabilitación sostenible del parque público institucional.
Salut no afina en qué consistirá la reforma. Empleados del CAP habían denunciado reiteradamente problemas con la climatización del equipamiento, tanto en invierno como en verano, e inconvenientes derivados de la acústica de los interiores, que dificultaba la atención a los pacientes.
También hay una partida de 350.000 euros para CAP y consultorios de la entidad de derecho público (EDP) Salut Sant Joan de Reus-Baix Camp.