Roba Estesa no solo se ha convertido en una banda de música que ha logrado alcanzar un gran número de adeptos y adeptas, también ha conseguido destruir prejuicios, establecerse como una oportunidad, una puerta abierta para las nuevas generaciones. Ha construido diez años de trayectoria desde la democracia y el talante constructivo en todas sus decisiones. El activismo, la lucha por las igualdades y el compromiso social feminista han distinguido al grupo tarraconense formado íntegramente por mujeres.
Roba Estesa se ha consolidado como un grupo pionero y referente del panorama musical festivo y combativo de los Països Catalans. La formación anunció hace unos días que este año hará su última gira que concluirá el viernes 12 de diciembre con L’última Estesa, un concierto en la sala Paral·lel 62 de Barcelona. Ese show ha disfrutado de la respuesta contundente de los y las fans, que ya han agotado las entradas.
«Es algo maravilloso, que con un par de horas se haya colgado el cartel de sold out, para nosotras, se hace muy especial. Siempre hemos sentido ese apoyo del público», confirma Gemma Polo, una de las integrantes del proyecto. La han acompañado Clàudia García, Anna Sardà, Laia Casanellas, Helena Bantulà, Xerach Peñate y Lidia Rodríguez.
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Roba Estesa ha fusionado con criterio los ritmos urbanos y festivos con instrumentación y melodías folk. Su despegue se dio en los años 2017-18. Para muchos, Roba Estesa se erigió como el primer grupo de música en catalán formado íntegramente por mujeres e identidades disidentes al tener reconocimiento mediático, así como de la industria y el público. Se distinguieron como precursoras al articular un discurso feminista queer combativo e incómodo, en un momento en que esta lucha no estaba tan establecida ni nadie era tan consciente de ello.
«No me considero pionera porque ya había más mujeres con proyectos interesantes que no tuvieron suerte o que, simplemente, no fueron escuchadas. Me gustaría que me recordaran más como una oportunidad que como una referencia de algo», admite Polo.
Parar a tiempo
El anuncio de adiós, hace unos días, provocó una reacción de sentimientos encontrados en los seguidores de la formación. «Parar es un ejercicio bonito y tranquilo. Lo hemos hecho a nuestra manera. Si de algo me siento orgullosa es que, en estos diez años, hemos tomado decisiones de forma asamblearia», aclara Gemma, que además añade que «existe un cambio social que hace muy difícil sostener nuestro proyecto de gran formato. Han surgido muchos proyectos individuales que dejan de lado propuestas como la nuestra».
Con cuatro álbumes de estudio y un EP, Roba Estesa ha creado un legado que va más allá de la escena musical: han funcionado como un motor de cambio, un espacio de empoderamiento colectivo y una plataforma para dar voz a luchas sociales, sobre todo la lucha feminista y la lucha por los derechos del colectivo LGTBIQ+.

En sus primeros pasos, expusieron lo que ellas llamaban «folk calentó» y han acabado como un grupo con influencias más urbanas que han inspirado muchas de las formaciones actuales. Canciones como Viu, La nit és nostra o Les criades se han consolidado como himnos de una generación que ha encontrado en ellas una banda sonora para la fiesta, la lucha y la transformación social.
Un espacio colectivo
El pasado año, la banda publicó De lo bò, lo millor, su último trabajo de estudio. Una producción que homenajea a su cotidianidad, las contradicciones y la inestabilidad. Temas como Amb Calma, con la colaboración de Antònia Font, han conquistado emociones humanas.
Esta agrupación musical no ha dejado de ser un espacio de comunidad. Ha funcionado siempre bajo un sistema democrático, de perfil asambleísta. Ellas mismas han elaborado un plan empresarial y han ejecutado su propio modelo de comunicación. Esa manera de funcionar ha permitido que las relaciones humanas se hayan fortalecido.
Roba Estesa –primero ¡Ai, carai!– se estrenó el 25 de noviembre de 2011 con un concierto en la Plaça de la Font de Tarragona dentro de un acto para conmemorar el Día contra las Violencias Machistas. A partir de ese día, la propuesta se reflejó en grupos festivos del panorama musical catalán, como la Troba Kung-Fu, Gertrudis, Ebri Knight y Obrint Pas. A partir de 2014, ¡Ai, Carai! se transforma en Roba Estesa y un año después la banda gana el Concurs Sons de la Mediterrània de Manresa.

El primer álbum, Descalces, sale a la luz un 17 de mayo de 2016, Día Internacional contra la LGTBI-fobia. El compromiso social y la lucha reivindicativa se confirmaron como elementos indiscutibles de expresión de las tarraconenses. En estos diez años, se han alzado con varios Premis Enderrock y su talento se ha valorado de manera muy positiva por la crítica especializada.
2025 servirá para poner el broche de oro a una carrera fructífera que las ha llevado por los mejores escenarios del país. Una gira especial y emotiva que cerrará el círculo y brindará por una vida más justa.