Instalaciones y exposiciones
Courtauld Gallery, Somerset House - Londres (Reino Unido)
En la apertura más esperada en Londres en décadas, la recién renovada Galería Courtauld de Somerset House ha reabierto después de tres años, dando acceso al público a su incomparable colección que va del renacimiento a los impresionistas, para terminar con algunos notorios artistas contemporáneos. La colección abarca desde la Edad Media hasta el siglo XX e incluye obras de Sandro Botticelli, Claude Monet, Edouard Manet, Pierre-Auguste Renoir, Oskar Kokoschka y, ahora una nueva pintura a gran escala de la aclamada artista Cecily Brown, encargada especialmente para la pared curvada de la histórica escalera del siglo XVIII de The Courtauld.
Las críticas tras la apertura han sido espectaculares, destacando la escala de las galerías, la amplitud histórica y la variedad de la colección que te llevan del paraíso de “Adán y Eva” de Lucas Cranach a los reflejos de “El bar del Folies-Bergère” de Manet.
MUNCH Museum - Oslo (Noruega)
Otra esperada reapertura, tras más de una década de preparativos y aplazamientos, es la del museo Munch en Oslo. Una espectacular estructura erigida junto al paseo marítimo de la capital noruega rebautizada como MUNCH, dedicada íntegramente al artista Edvar Munch. Setenta y siete años después de su muerte, el país escandinavo rinde homenaje a su gran pintor con este edificio diseñado por el estudio Herreros, con once salas de exposiciones que, además de mostrar las ocho versiones diferentes de “El grito”, también acogerá exposiciones invitadas, como la de Tracey Emin que ha acompañado a la apertura del museo. Un museo monotemático que pretende formar parte de la regeneración urbana de la ciudad de los fiordos y dar a conocer aún más la extensa obra de Edvar Munch en su propio hábitat y contexto.
Art Institute of Chicago - Hasta el 24 de enero de 2022
El primer impacto llega con los sobredimensionados carteles tipográficos que aparecen en la fachada del edificio neoclásico que alberga el Art Institute de Chicago. Kruger saluda al visitante con un chiste cargado de crítica y cinismo, como toda su obra.
La artista de 76 años es una consumada experta de la crítica institucional en sus obras, hasta convertirse ella misma en una institución. De ahí que Kruger haya evitado la valoración histórica y la contextualización de su obra en el clima político, para convertir la exposición en una “antiretrospectiva”, ampliando y revisando las obras más icónicas de la artista y recontextualizándolas en el momento presente.