Pau Casals, Santiago Rusiñol, Ramon Casas, Isidre Nonell, Pablo Picasso, Joaquim Sunyer, Lluïsa Vidal, Laura Albéniz, Isaac Albéniz, Enric Granados, Anglada Camarasa, Manolo Hugué, Ismael Smith, Maria Gay o Pere Ynglada son algunos de los artistas presentes en la exposición 'De Montmartre a Montparnasse' en el Museo Picasso.
La exposición, que estará abierta al público desde este viernes, 22 de noviembre, hasta el 30 de marzo del próximo año, evoca la presencia de artistas catalanes en París, entre 1889 y 1914, con un Picasso que en 1900 visita por primera vez la capital francesa procedente de Barcelona. El París que conocieron los creadores y creadoras catalanes a principios del siglo XX era la capital mundial del arte moderno y la cuna de la experimentación vanguardista.
Pintores, grabadores, ilustradores, músicos, intérpretes, escritores, periodistas y demás personajes plasmaron su percepción de la ciudad de la luz en obras que ahora se pueden contemplar en conjunto en esta gran exposición.
Esta propuesta multidisciplinar, que además de pinturas, dibujos y esculturas, incluye fotografías, libros y filmaciones de época, permite al público adentrarse en el paisaje urbano y humano del momento, en su realidad cotidiana y en las maneras de vivirla; y le acerca al trabajo de los artistas y a sus condicionantes; y también a sus momentos de ocio y a los espectáculos.
Los retratos y autorretratos, al final de la exposición, completan un panorama que transcurre entre dos grandes acontecimientos históricos –la Exposición Universal de 1889 y el comienzo de la Gran Guerra en 1914– y entre dos polos urbanos marcados por la vida artística: el Montmartre de fin de siglo XIX y Montparnasse, que se consolida como lugar relacionado con el arte desde principios del siglo XX.
En esa galería de retratos destacan un par de ellos: uno en el que Sebastià Junyent retrata a 'Picasso ante la vida' (1903) y otro cuadro en el que Picasso hace lo propio con Junyent ese mismo año.
Igualmente, los cuadros reflejan otras geografías parisinas como l'Ile de la Cité, Belleville, el Canal de Saint Martin o los bulevares y sus alrededores, e incluso la ciudad más industrial.
La comisaria de la exposición, Vinyet Panyella, ha destacado en la presentación que "si la Exposición Universal de 1878 fue un polo de atracción para los artistas catalanes de la mitad del siglo XIX, la de 1889 comportó la adscripción definitiva a París de los más jóvenes, que buscan la libertad creativa y los nuevos lenguajes".
La posterior Exposición Universal de 1900 se convirtió también en un reclamo de modernidad para artistas, músicos y escritores que se instalaron en la ciudad de la luz.
Según la comisaria, cada creador construye su propio relato de acuerdo con las corrientes estéticas del momento, del naturalismo al simbolismo, del primitivismo al decorativismo, o el cubismo y el inicio de las vanguardias.
La irrupción de la Primera Guerra Mundial cambió el mapa de Europa, las relaciones políticas y socioculturales, las ideas estéticas y el mercado del arte y en 1918, al final de la contienda, la Belle Époque pasó a ser historia.
En Montmartre, cuna de Degas, Renoir, Van Gogh, Signac o Toulouse-Lautrec, se instalan en primera instancia Rusiñol, Utrillo, Clarasó; y pocos años después pasarán Picasso, Carles Casagemas, Joaquim Sunyer, Isidre Nonell, Ramon Pichot y Manolo Hugué, y a partir de 1904 el Bateau Lavoir acoge a Ricard Canals y al joven Picasso.
Montparnasse es el otro polo artístico, donde habitan escultores como Camille Claudel, y donde recalarán Oleguer Junyent, Xavier Gosé, Pau Roig, Josep Clarà y Pablo Gargallo.
Hermen Anglada Camarasa, Marià Pidelaserra, Pere Ysern, Emili Fontbona o Alexandre de Cabanyes residían y tenían sus talleres en otros lugares, como el Quartier Latin y los barrios a un lado y otro del Sena.
'Le Paon blanc' (1904), de Anglada Camarasa, 'Baile flamenco' (1902-04), de Ricard Canals, 'Bailarina' (1904), de Joaquim Sunyer, 'Margot (La espera)' (1901) de Picasso, 'Moulin Rouge' (1913), de Pere Ysern, o 'Dans la maison close' (1900), de Ramon Pichot, ilustran en la muestra el París del espectáculo y la vida nocturna.
Para representar la ciudad de la bohemia se exhiben piezas como 'Retrato de Miquel Utrillo' (1889-90), de Rusiñol, 'Germaine' (1900), de Pichot, 'Interior del Moulin de la Galette' (1890-91), de Casas, o 'Mujer en un café (Germaine Gargallo) (1901), de Carles Casagemas.