La cineasta tarraconense Belén Macías se siente como pez en el agua en el género policiaco. No quiere que se la encasille en el thriller pero siempre ha admirado a David Fincher. El cineasta de Denver cosechó éxitos sonados con Perdida (2014), Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres (2011), Zodiac (2007), La habitación del pánico (2002), The Game (1997) o Seven (1995). Ahí es: nada. Eso sólo en el género del thriller. Macías no tiene ese curriculum pero ha sido nominada a los Goya y es una de las grandes apuestas del cine español. Verano en rojo es una clara apuesta de ello.
La directora de Tarragona ha contado con la ayuda de Helio Mira a la hora de elaborar un estupendo guion basado en la novela de la periodista y escritora Berna González Harbour. Durante poco más de hora y media, la trama va dando giros y vueltas de tuerca en el que se ven implicados varios personajes y en los que el espectador va a descubrir sorpresas. Que de eso va un buen thriller de misterio. Pero no sólo eso. El filme deja poso y permite que al final del mismo se produzca la reflexión tras una historia que nos sitúa en el verano de 2010. Un estío en el que la comisaria María Ruiz (Marta Nieto) se enfrenta a un tenebroso crimen: un joven ha aparecido asesinado. Sin identidad visible. Sin pistas aparentes. Sin móvil. Mujer concienzuda y tenaz, María iniciará una investigación que se complicará aún más cuando se produce un segundo asesinato. Pero no está sola, el veterano periodista Luna (José Coronado), un maestro de la profesión acorralado por la crisis y la era digital, será clave para solucionar un caso que les llevará hasta las puertas de una importante orden religiosa.
Y ahí es donde radica el quid de la película, que bajo el formato de thriller policiaco es una clara reivindicación de la impunidad en el tema de la pederastia en el seno de la Iglesia. Porque, a través del hilo conductor de la trama policial y periodística, aflora en primer termino una denuncia rotunda en la que acaban siendo descubiertos los verdugos y sus encubridores. Una propuesta valiente que saca a la superficie una cuestión actual, mostrándonos a las víctimas, a esos pederastas ocultos y a sus cómplices. Aunque también recoge el sentir de algún miembro de esa Iglesia, que no está dispuesto a que se sigan ocultando esos desmanes.
Verano en rojo es un thriller, pero con evidente fondo que llevará al espectador a reflexionar hasta después de acabada la proyección. Aquí no solo tiene relevancia la investigación policial, si no también la periodística por destapar y dar voz a aquellos a quienes se la han negado.
Y, en ese apartado, recuerda a la exitosa Spotlight (2015), de Tom McCarthy, ganadora de dos Oscar (mejor película y mejor guion original). En aquella, un reducido equipo de reporteros de investigación del Boston Globe destapó los escándalos de pederastia cometidos durante décadas por curas del estado de Massachussets.
Ahora, de la mano de Belén Macías, Marta Nieto, José Coronado, Luis Callejo, Richard Sahagún, Francesco Carril y de los destacados trabajos de Tomás del Estal y de Ramon Agirre nos sumergen en una historia creíble, real, auténtica y muy bien contada. Puro thriller basado en la actualidad. Y constatada.
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