Hace 28 años se estrenaba una de las obras más conocidas de Michael Crichton. El archiconocido novelista de títulos como Parque jurásico, La amenaza de Andrómeda, Esfera, Acoso, Sol naciente, Devoradores de cadáveres, El guerrero número 13, El gran robo del tren o Congo -todas ellas llevadas a la gran pantalla con más o menos éxito- es también el responsable de Twister, obra publicada en 1996, el mismo año en que se estrenó la película.
Todo ello viene a cuento porque fue el propio Crichton quien calificó a los científicos que investigan los fenómenos de los tornados como ‘cazadores de tormentas’. En aquel exitoso Twister del 96, dirigido por un auténtico especialista del género como Jan de Bont, dos grupos de científicos seguían a las tormentas y tornados para estudiar su comportamiento, compitiendo por ser los primeros en conseguir resultados.
Basándose en la misma idea, y con guión de Mark L. Smith sobre una historia de Joseph Kosinski, el director Lee Isaac Chung (el mismo que ha dirigido varios capítulos de The Mandalorian o la hermosa Minari que estuvo nominada a 6 Oscars) nos ofrece una secuela-legado bien hecha.
Twisters es una actualización de aquella película que protagonizaron Helen Hunt, Bill Paxton y Cary Elwes pero va más allá del puro entretenimiento -del que va sobrada- y ofrece un canto a la unión entre las personas y una denuncia contra la corrupción que llega tras una catástrofe.
Con un presupuesto de 200 millones de dólares, el filme cuenta con una introducción asombrosa y unos efectos especiales -básicamente digitales- pensados para la pantalla gigante. Tiene momentos que impresionan y sobrecogen. Para disfrutarlos realmente en una sala con la mejor calidad en sonido, imagen y demás. Es una aventura adrenalítica de dos horas. Puro cine de acción, un vendaval al que aferrarse a la butaca para no salir volando.
La película cuenta cómo la excazadora de tornados Kate Cooper (Daisy Edgar-Jones), a quien le cambia la vida tras una devastadora experiencia con uno de estos fenómenos, vuelve a sus orígenes tras recibir la llamada de su amigo Javi (Anthony Ramos), quien quiere probar un nuevo sistema de seguimiento y análisis de tornados.
Pero de repente aparece Tyler Owens (Glen Powell), un ‘youtuber’ cazatornados, que le abre los ojos del verdadero interés de Javi. A partir de aquí estalla una trama con altas dosis de adrenalina.
Twisters posee unos asombros efectos que ofrecen un despliegue visual que oscila entre los aterrador y lo ocurrente. Mejora sustancialmente los de la película del 96, que por cierto fueron nominados a los Oscars en aquella ocasión.
Pero el filme tiene otras dos vertientes. Por un lado, aparece el romance entre los tornados que están a punto de causar un drama. Por otro, resalta el trabajo de los héroes científicos capaces y racionales. En cualquier caso, Twisters es una de las películas del verano. Sincera, apasionante... Un remolino de emociones.
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