l Directores: Aaron Horvath, Michael Jelenic
l Duración: 92 minutos
l Género: Animación, infantil, comedia, videojuego, acción
Los fans de Super Mario están de enhorabuena. Por fin una película en la que el famoso fontanero -el personaje de videojuegos que mejor ha sabido adaptarse a las distintas épocas que le ha tocado vivir- y compañía han salido indemnes de un largometraje (ya sea animado o no, que de todo ha habido en la viña del Señor). Creado por el diseñador de videojuegos japonés Shigeru Miyamoto para la compañía Nintendo, Super Mario siempre había sido un dulce al que le faltaba pasar por el paladar mas exquisito de las adaptaciones a la gran pantalla. Ahora lo han conseguido. Tras el sonado fracaso de hace 30 años con la versión en personajes reales interpretados por Bob Hoskins y John Leguizamo (este último dando vida a Luigi), Aaron Horvath y Michael Jelenic han decidido apostar con gran acierto por la versión animada en una gran aventura que posee muchas cualidades positivas. Entre ellas, la fidelidad a los amantes del videojuego, con gran cantidad de ‘easter eggs’ (huevos de Pascua), una referencia total a Nintendo y la combinación perfecta de música, acción y comedia.
La película cuenta la historia de Mario y Luigi, dos hermanos que viajan a un mundo oculto para rescatar a la Princesa Peach, capturada por el malvado Rey Bowser. Las cosas, sin embargo no serán sencillas. Mario y Luigi tendrán que enfrentarse a un ejército de setas animadas antes de luchar contra su oponente. Rutas de ladrillos y castillos con múltiples peligros serán algunos de los obstáculos que los hermanos tendrán que superar para conseguir su objetivo.
Por tanto, es todo aquello que vivimos en el videojuego y que nunca nadie se atrevió a darle forma en una sala de cine. ¿Cómo no iba a aterrizar pronto Super Mario Bros en la gran pantalla? Era más que previsible que, dado que si en 2020 ya tuvimos la adaptación de Sonic, la película y dos años después la secuela del erizo azul, Nintendo uniera fuerzas ahora con el estudio Illumination Entertainment (los mismos de Gru) para plantarle cara a Sega. De hecho, Nintendo empezó adaptando Pokémon (1998) de forma animada para pasar después a la versión ‘live action’ con Pokémon: Detective Pikachu (2019).
No son los únicos videojuegos llevados al cine en los últimos tiempos. Algunos con más éxito que otros. Ahí están los ejemplos de Uncharted (2022), Assassin’s Creed (2016), Warcraft: El Origen (2016), Rompe Ralph (2012) o las sagas Tomb Raider, Resident Evil, Street Fighter, Mortal Kombat, Dragonball y Final Fantasy.
Aunque Super Mario Bros: La película está pensada para público infantil, especialmente a partir de los 6 años. Es una aventura mágica, divertida, deliciosa y alegre, que cuenta además con la estupenda música de Brian Tyler. Una banda sonora necesaria para darle brío y gracia a una hora y media de disfrute, con numerosas cosas interesantes. Eso sí, es imprescindible verla en pantalla grande para apreciar muchos detalles que se minusvaloran en otras circunstancias.
También merece la pena destacar la calidad de la animación. Para el nuevo planteamiento de Mario, los artistas han incorporado elementos tanto de su diseño moderno como de su diseño original de su aparición debut en el videojuego de Donkey Kong (1981). Precisamente, cuatro años después Mario lograba ser la estrella de su propio juego y desbancaba a la gran mayoría de competidores. Esa imagen ochentera funcionó entonces y ha sabido explotarla el equipo de Illumination que ha trabajado en su sede de París.
Un pequeño detalle final: hay escena post-créditos. O sea, ya saben aquello que decían los dibujos animados de Super Ratón: «no se vayan todavía, aún hay más». Nostalgia de aquellos maravillosos 80, la década que resultó el boom de los videojuegos.
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