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De ruta por Tarragona: El regreso de Eduard Toda

En la ruta de esta semana seguimos los pasos del reusense en su regreso a su tierra natal, desde el castillo d’Escornalbou hasta el monasterio de Santa María de Poblet

04 julio 2024 07:00 | Actualizado a 06 febrero 2025 07:00
Se lee en 2 minutos
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La noche del martes 9 de enero de 1855, a las ocho y cinco, Francesca Güell i Mercader dio a luz en Cal Cardenyes, una casa de la plaça del Mercadal, a su primer y único hijo.

Aquel niño, Eduard Toda i Güell, nació en Reus, una ciudad de espíritu emprendedor que, en el siglo XX, se consolidaría como la segunda más importante de Catalunya.

Creció en un entorno efervescente, compartió sus primeras enseñanzas con Antoni Gaudí en un colegio del Carrer Monterols y, con el tiempo, juró devolver la gloria perdida al monasterio de Santa María de Poblet. Más tarde, inició la carrera de Derecho en Madrid, trazando una trayectoria internacional que lo llevaría a Egipto, Cerdeña y Londres, entre otros destinos, y de la que regresó siendo el primer egiptólogo español, hijo ilustre de Reus y propietario del monasterio de Escornalbou, que restauraría a su gusto.

En la ruta de esta semana seguimos los pasos de Eduard Toda en su regreso a su tierra natal, desde el castillo d’Escornalbou hasta el monasterio de Santa María de Poblet, donde encontró el descanso eterno tras perseguir el sueño de juventud que compartió con sus amigos Antoni Gaudí y Josep Ribera.

El castillo d’Escornalbou

En el año 1907, Eduard Toda compró las ruinas de Sant Miquel d’Escornalbou, tal y como demuestra una carta que él mismo envió a Francesc Matheu, y lo restauró a su gusto desde Londres, donde mantuvo su residencia hasta el fin de la primera Guerra Mundial. A fin de supervisar la empresa, Toda compró una casa en l’Argentera –el municipio más cercano al conjunto– donde se instaló su madre, Francesca Güell. En el proceso animó al propio Puig i Cadafalch y a Antoni Gaudí a visitar las ruinas a fin de orientarlo en la restauración.

En cualquier caso, de acuerdo con Jordina Gort Oliver en Eduard Toda i Güell: la passió per la cultura, el objetivo final tras el proyecto era crear un punto de encuentro de intelectuales, un châteaux europeo como el castillo de Coppet en Suiza, donde Madame de Staël reunió a las más preclaras mentes del viejo continente y escribió algunas de sus obras más destacadas, como Delphine (1802), Corinne ou l’Italie (1807) o De l’Allemagne (1810). Toda se estableció en el castillo tras la muerte de su madre, a cuyo funeral no pudo asistir debido a las dificultades que suponía viajar en tiempos de guerra, a la edad de 63 años.

Santa María de Poblet

Nuestro protagonista dedicó los últimos años de su vida a múltiples proyectos, pero fue restaurar el monasterio de Santa María de Poblet, su sueño de juventud, el más destacado de ellos. En el manuscrito inédito Datos y apuntes, sostenía que «Poblet debe ser restaurado, sí: no debe volver a mostrar en él este ominoso poder de buitres que un día devoraron la conciencia del pueblo hispano».

De esta manera, a sus 75 años fue nombrado presidente del Patronato de Santa María de Poblet, se instaló en la Casa del Mestre de Novicis –restaurada con el objeto de convertirse en la sede del patronato– y vendió el castillo d’Escornalbou a fin de paliar su situación económica. En el conjunto pasó los últimos once años de su vida contribuyendo a la restauración de múltiples formas, como con la publicación de nuevos artículos o libros o la recogida de documentos.

De hecho, en la biblioteca de Poblet se conservan algunos de los más de 60.000 documentos que Toda llegó a conseguir. El lunes 14 de abril de 1941, día de Pascua o «la Mona», Eduard Toda comenzó a sentir escalofríos después de la comida. Falleció el 26 de abril, a las nueve y media de la noche, a los 86 años. Durante toda la mañana, su cadáver permaneció en el claustro, dentro de una caja de caoba. A sus pies, tal como apuntaba su contemporáneo Eufemià Fort i Cogul en Eduard Toda, tal com l’he conegut, se colocó un estuche de cristal que contenía un pergamino con datos biográficos del difunto. Finalmente, fue enterrado en una tumba de piedra picada, en concreto, junto a la pared del crucero de la iglesia.

Aprender más

El presente artículo repasaba algunos de los capítulos más destacados de la historia de vida de Eduard Toda. Quienes deseen aprender más sobre el diplomático podrán hacerlo gracias las biografías de Eufemià Fort i Cogul, una de las más completas, la de Jaume Massó Carballido, titulada Eduard Toda i Güell: de Reus a Sardenya, o el libro de Jordina Gort Oliver, citado con anterioridad. De igual forma un documental a cargo de Manel Vinuesa, Ramon Masip y Toni Orensanz reconstruye la vida y carrera del diplomático reusense. Producido por Mabs y Making Movies, se titula Les set vides d’Eduard Toda y está en Youtube.

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