Son muchas las formas visitar el pueblo de La Mussara a pie, siendo la tradicional hacer uso del Camí de Les Tosques a fin de salvar los más de 600 metros de desnivel que separan las alturas de la planicie del Camp de Tarragona.Son muchas las formas visitar el pueblo de La Mussara a pie, siendo la tradicional hacer uso del Camí de Les Tosques a fin de salvar los más de 600 metros de desnivel que separan las alturas de la planicie del Camp de Tarragona.
Quienes busquen reencontrarse con las sensaciones que vivieron la primera vez que completaron el recorrido, pueden hacerlo tomando alguna de las variantes que ofrece la red de senderos locales, cuya situación regala no solo nuevos puntos de vista de uno de los lugares más queridos y frecuentados por los tarraconenses, además, nos descubre los vestigios del campo de tiro de la base militar de Los Castillejos, la cueva en la que agonizó el temido Isidre Pàmies i Borrás y uno de los rasgos ignorados de La Mussara -el mismo que contribuyó a su éxodo-. En la ruta de esta semana, exploramos los alrededores de esta sierra en aras de revelar su patrimonio histórico y natural.
Dificultad de la ruta
Determinar la dificultad de una ruta ya es de por sí una dificultad. Por suerte, existen escalas de graduación que establecen la dureza a partir de factores observables.
El Método SENDIF, creado por la Taula de Camins de l’Alt Pirineu i Aran, sostiene que la dificultad de un itinerario de senderismo depende, por una parte, del esfuerzo físico que este supone y, por otra parte, de los obstáculos del camino.
Desde el punto de vista de la dificultad, esta ruta es de dureza muy exigente por sus 15,73 kilómetros de distancia y 745 metros desnivel positivo o subida. El tramo más demandante son sus pendientes pronunciadas, a pesar de que la inclinación de la ida es menor que la de la vuelta y puede facilitarse con bastones.
En lo que respecta a la complejidad técnica, convendrá alimentarnos bien dada la considerable distancia, siendo el pueblo de La Mussara el punto recomendado, y apoyarnos en un mapa o aplicación con que asegurarnos que seguimos la senda.
Instrucciones de la ruta
Estacionamos o bien en el aparcamiento del Camí d’Alforja de Vilaplana o bien en el del depósito. El segundo nos dará una excusa para cruzar el pueblo de un lado al otro. El recorrido asciende a La Mussara desde el primer estacionamiento por el barranco de Els Garrigots.
En el kilómetro 5 tomamos la senda de la derecha en dirección al despoblado, pues de lo contrario llegaríamos a Arbolí. Ya en La Mussara, pese a que podamos descender por el Camí de Les Campanilles, seguimos al Mas de Joan Pau con el objetivo de tomar la senda de los carlistas y alcanzar la unión con el Camí de Les Tosques a la altura del Mas de l’Adrià.
La parte más confusa y, en la que es probable que abandonemos el recorrido, es en el tramo que va del pueblo abandonado a la primera masía mencionada. De resultarnos difícil identificar la ruta, basta con caminar en paralelo a la carretera T-704 para distinguir la bajada.
Testimonios del pasado
A menudo el senderismo puede ser reducido al absurdo, entendiéndose como la práctica de senderos -de ahí el nombre- que unen puntos de interés.
Esta visión relega las sendas a un papel secundario, cuando sus propias características reflejan nuestros modelos de población, los recursos de los que disponemos o el desarrollo tecnológico alcanzado, entre otras cosas.
Así las cosas, los caminos, tan antiguos como la propia humanidad, constituyen una obra civil a la par que un valioso testimonio de nuestro pasado. En nuestra provincia podemos destacar, entre otros, el Camí de Sant Pere (Alt Camp), el de Mata-redona (Montsià) o el que utilizaremos en la vuelta de esta ruta, el Camí de les Tosques (Baix Camp).
Tal y como aborda Camins històrics i tradicionals de les comarques de Tarragona de la Diputació de Tarragona, este sendero fue durante siglos una de las vías principales de comunicación entre el hoy despoblado de La Mussara, Vilaplana y la planicie que se extiende a sus pies bajo el risco de Les Airasses, salvando así los más de 600 metros de desnivel que existen.
Lo que pisamos es probable que encontrara su origen en los tiempos de dominación sarracena, cuando se hicieron fuertes en el castillo de Siurana. La capital importancia de la senda la manifiesta su singular empedrado, el cual dispone de desviadores con los que canalizar el agua y evitar que los animales resbalen.
El camino de Les Tosques señala uno de los rasgos característicos del tipo de población de La Mussara: su dispersión geográfica. Los vecinos estaban separados entre sí no sólo por la distancia, sino también por el desnivel positivo.
Así lo demuestran las masías enrunadas que encontramos tanto en el Camí de Garrigots como en Les Tosques. Por ello, la ruta nos invita a conocer la Catalunya medieval y su historia reciente.