Cuando el calor aprieta, aumenta el riesgo de incendio y se regula el acceso a la montaña, quienes vivimos en la Costa Dorada podemos refugiarnos en los senderos que recorren el litoral. Algunas de estos caminos nos invitan a descubrir capítulos de nuestra historia que de otra manera habrían caído en el olvido. Es el caso de los hechos que recuerda el grupo escultórico del Pla de les Serenes de Cambrils, cuyas sirenas y pescadores hablan de los trágicos hechos de 1911, el llamado Año de les Desgràcies. Esta semana, de la mano de un itinerario fácil cuya longitud se puede adaptar, descubrimos el patrimonio histórico de Cambrils y Salou: un conjunto de bienes que habla de los terribles corsarios berberiscos, tragedias protagonizadas por pescadores y torres que nos mantenían enlazados.
Instrucciones de la ruta
Podemos elegir libremente dónde empezar. Si preferimos hacerlo en Cambrils, podemos aparcar en la zona regulada del Parc del Pescador, ahora bien, convendrá empezar temprano para que sea posible. Considerando este el punto de inicio, tomaremos el paseo marítimo y nos mantendremos en él hasta Salou. Es un itinerario carente de cruces que nos invita a descubrir el patrimonio histórico y natural de la Costa Daurada. Algunos de los principales puntos de interés son la Torre del Port, antaño una fortaleza construida a causa de los corsarios berberiscos, la Torre de l’Esquirol, uno de los componentes mejor conservados de la telegrafía óptica española, o las esculturas comentadas en el artículo.
Más información
Distancia: 12 km
Desnivel positivo: 50 m
Duración: 3 horas
Dificultad física: fácil
Dificultad de la ruta
El Método SENDIF, creado por la Taula de Camins de l’Alt Pirineu i Aran, sostiene que la dificultad de un itinerario de senderismo depende, por una parte, del esfuerzo físico que este supone y, por otra parte, de los obstáculos del camino. Desde el punto de vista de la dificultad física este recorrido es fácil gracias a su nulo desnivel positivo o subida. Si los 12 kilómetros se nos hacen pesados, podemos o bien cambiar el senderismo por el ciclismo o bien hacer una pausa en alguno de los múltiples establecimientos que hay en el paseo que une ambos municipios. Convendrá utilizar la crema solar en tanto que pasaremos cerca de 3 horas bajo el sol de la Costa Dorada.
El Año de las Desgracias
De la noche del 31 de enero a la del 1 de febrero de 1911, coincidiendo con la festividad de la Mare de Déu de la Candelera, un temporal de levante azotó la costa valenciana y catalana poniendo en jaque la vida de centenares de pescadores. Por ejemplo, en la zona de amarre de Peñíscola, se registraron olas de más de 8 metros. El episodio se cobró la vida de 140 personas, siendo las poblaciones de Barcelona, Vinaròs y Cambrils las que más vidas perdieron. En el caso de esta última, los pescadores trataron de capear el temporal o bien fondeando o bien buscando la protección de las playas. Los compañeros de la barca a vela en la que pescaba Ramon Fernando poco pudieron hacer por él cuando cayó al mar mientras faenaban. Sin embargo, ese no fue su final: la camisa de lona que vestía cogió aire y lo mantuvo a flote hasta que pudo ser rescatado cuando se hizo oscuro.
Las víctimas del temporal cuentan en Cambrils con un monumento en su memoria. El conjunto escultórico conocido como Pla de les Serenes está formado por un grupo de tres pescadores cargados con paneras repletas de pescado, en recuerdo de las almas de los fallecidos, y dos sirenas, la Dolça y la Calma, observadas por el pequeño Adrià, un niño que simboliza el presente y el futuro agregando ternura a esta obra. El grupo escultórico de David Callau conmemora el centenario del triste episodio que azotó el litoral y, junto a la estatua de Jaume I ubicada en Els Pilons de Salou, constituye una invitación a descubrir la fascinante y a veces desconocida historia de la Costa Daurada y la Catalunya Nova.
Anécdotas doradas
¿Qué historias callan las aguas de la Costa Daurada? En 1980 fue secuestrado un niño que hacía las veces de pescador. Se trataba, a decir verdad, de una escultura ubicada en el muelle de pesca de Cambrils.
La Interpol Británica dio con su paradero catorce años después. Inexplicablemente, el chico fue encontrado en la localidad de Leeds, Inglaterra, pero jamás volvió a su tierra natal: en su lugar, se hizo una réplica hoy instalada en el paseo del puerto de Cambrils.
Otro hecho inusual, aunque anterior en el tiempo, nos recuerda los hechos sucedidos la mañana del 19 de enero de 1937, cuando un barco pesquero que salió faenar tuvo que volver después de encontrarse con un submarino nacional, tal y como demostró el navío español J. J. Císter.
