Este verano, la Catedral de Tarragona ha propuesto una nueva experiencia, Nits d’Estiu, que hace que los asistentes disfruten de una audición especial de órgano, uniendo pasado y modernidad con piezas de Bach, música popular catalana y adaptaciones de bandas sonoras de la mano del maestro organista Josep Mateu, seguida de una degustación de vino D.O Tarragona en el idílico espacio del claustro de noche.
Escenario inmejorable, la Catedral de Tarragona es un magnífico portfolio que atestigua todos los ciclos de las sociedades con las que ha convivido, contando con maravillas más o menos conocidas como la Capella dels Sastres o el enorme retablo mayor, obra alabastrina de Pere Johan y magnífico exponente de la escultura gótica catalana con la vida y martirio de Santa Tecla, datado del s.XV.
En el lugar que ocupa actualmente, el templo domina sobre diversas edificaciones romanas de gran entidad. De estas construcciones se conservan restos en las alas septentrional y oriental del claustro, dado que el primitivo edificio quedó destruido con la invasión árabe. Este mismo asalto nos ha dejado también con numerosas evocaciones islámicas como decoraciones en el claustro, o los restos de policromía del artesonado gótico de la sala del tesoro, que ejemplifica a judíos y musulmanes en una sociedad cristiana junto a la heráldica dominante y patrocinadora del momento.
Entre sus virtuosos muros, podemos encontrar también una de las más tempranas muestras de representación judía en la Capella de santa Elena, perfectamente identificados como culpables de la crisis de la peste negra, según el pensamiento del s. XIV.
Los comienzos de las obras catedralicias, allá por el 1171, resultan todavía inciertos con los primeros maestros aún desconocidos.
Desde la creación de su ábside románico, obra del siglo XII, vemos un notable cambio del proyecto constructivo a partir de la primera mitad del XIII, que hará que el edificio evolucione hacia las estructuras góticas que lo caracterizan, anunciándonos los diversos cambios en el gusto estético hasta la modernidad.
El órgano, el protagonista innegable de la velada, se encuentra solo presente en los templos más lujosos y difícilmente con la suntuosidad del confeccionado para Tarragona. Se trata de una creación del s. XVI, haciendo de él uno de los más antiguos. La caja histórica del órgano Mayor fue realizada entre 1562 y 1566 por Jeroni Sanxo con la colaboración de Perris Ostris, junto a la obra pictórica llevada a cabo por el piamontés Pietro Paolo da Montalbergo, ambos con fastuosos despliegues iconográficos y constituyendo una de las obras capitales del Renacimiento manierista en Catalunya.
Es así como con cada nota retumbando entre los muros, se pueden atender las voces de nuestro ayer todavía presentes entre los sillares.
Las próximas fechas para disfrutar de Nits d’Estiu en la Catedral serán los días 23, 24, 30 y 31 de este mismo mes con entradas ya a la venta a partir de 18 euros.