Rebecca Horn, una de las artistas alemanas más importantes de su generación, murió el viernes por la noche a los 80 años de edad en Bad König, en el estado federado de Hesse, según informaron este domingo los medios.
Horn, nacida en 1944 en Michelstadt, se hizo famosa entre otras obras por su máquinas artísticas mágicas que movían objetos como maletas, violines y tubos.
Una de sus obras más conocidas es el Árbol de los Suspiros de la Tortuga, del que provienen sonidos lastimeros en varios idiomas desde sus embudos sonoros.
Su obra incluye esculturas, instalaciones y performances, así como textos literarios, guiones y la dirección de películas y óperas.
Estudió en Hamburgo y Londres y en 1972 fue la participante más joven en la Documenta de Kassel, feria en la que posteriormente volvió a estar presente en varias ocasiones.
Hasta 1981 vivió y trabajó principalmente en Nueva York y, más tarde en París.
En 1989 asumió una cátedra en la Universidad de las Artes de Berlín que ocupó hasta 2004 y en 2007 fundó la Fundación Moontower, en Bad König, en la que convirtió la antigua fábrica de su familia en un centro de arte.
El jefe de Gobierno de Hesse, Boris Rhein, calificó la obra artística de Horn de única y visionaria.
"La muerte de Rebecca Horn deja un enorme vacío en el mundo del arte internacional", dijo, citado por la televisión pública regional hr, y agregó que su incansable labor no sólo enriqueció el mundo del arte, sino que también contribuyó a conformar la identidad cultural de Hesse.
El titular regional de Cultura, Timon Gremmels, destacó por su parte la profunda influencia de Horn durante décadas en la escena artística alemana e internacional
"Fue una artista excepcional que supo abrir nuevas perspectivas artísticas con instalaciones, películas, textos poéticos, dibujos y performances únicos", afirmó.