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Margaret Atwood: «Muchos norteamericanos tenían miedo de una mujer y de color»

La autora canadiense, que acaba de publicar la colección de relatos ‘Perdidas en el bosque’, valora la victoria de Trump

10 noviembre 2024 18:36 | Actualizado a 11 noviembre 2024 07:00
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«Perdón, acabo de llegar de Europa y mi reloj va tarde». Con estas palabras y una sonrisa, la escritora canadiense Margaret Atwood se conectó a una rueda de prensa telemática con medio centenar de periodistas de España y Latinoamérica a propósito de la publicación de su último libro, Perdidas en el bosque (Salamandra), una colección de relatos con tintes autobiográficos, aunque con matices.

En la conversación, habló de sus cuentos y del relato corto, de las distopías –la suya propia– y de Orwell e, inevitablemente, de las elecciones norteamericanas, dos días después de la victoria de Trump. ¿Es un ejercicio distópico su vuelta al poder? Atwood contestó con Kamala Harris. «Mucha gente tenía miedo de tener una presidenta mujer. Además, de color. Es decir, mucha gente temía que les hiciera a ellos lo que ellos le habían hecho a personas como ella. Tenían miedo de perder estatus y poder identitario. De hecho, ella se cuidó mucho de no hacer campaña como mujer o como persona de color. Pero con la historia de Estados Unidos, la gente tenía miedo y este es un punto que podría explicar lo que ha sucedido».

Atwood ve imposible predecir qué va ocurrir tras el triunfo de Trump y considera necesario volver a debatir sobre las desigualdades sociales. «En los últimos años, la conversación con respecto al pasado ha girado en torno a la identidad y no a la clase. Esta, entendida como en 1930 no existe. Hay gente muy rica, clase media y pobre y esa conversación va a volver», manifestó y añadió que es otra de las claves para entender la victoria republicana. Para la autora canadiense, ha habido un cambio en la afiliación política. «Tradicionalmente los demócratas han representado a la clase trabajadora y los republicanos a los ricos, pero independientemente de si ha habido un cambio real, la percepción general es que ahora los republicanos representan a los trabajadores y a la clase media y los demócratas a la elite. Y eso no quiere decir ricos porque había gente rica en ambos lados. Pero sí gente educada, snob, que creía saberlo todo, unos sabelotodo».

$!Margaret Atwood: «Muchos norteamericanos tenían miedo de una mujer y de color»

En relación con el voto de las mujeres a Donald Trump, la autora canadiense, además, aseguró que los republicanos fueron muy inteligentes al separar el tema del aborto de las elecciones presidenciales, ya que de esta manera quedaba en manos de los estados. «Como mujer podías votar a favor de los derechos reproductivos y al mismo tiempo votar a Trump y aparentemente eso es lo que ha ocurrido, porque siete estados de diez que celebraron el referéndum dieron luz verde al aborto», recordó.

Conversación con Orwell

Perdidas en el bosque es el último de sus libros, que llegó la pasada semana a las librerías. Se trata de una recopilación de quince relatos con los que Atwood regresa a la ficción por primera vez desde 2019, cuando publicó Los testamentos, continuación de El cuento de la criada, una de las mayores distopías escritas sobre Estados Unidos. Dividido en tres partes, la primera y la tercera, protagonizadas por un matrimonio formado por Tig (él) y Nell (ella), son bastante autobiográficas, como reconoció la propia autora, que en 2019 perdió a su marido, el también escritor Gaeme Gibson, fallecido a los 85 años. «Tig está vivo en la primera parte, pero no en la última y esto es cercano a mi propia experiencia. Pero la segunda parte no tiene nada que ver: nunca he convertido a un caracol en una persona y mi madre no pretendía ser una bruja. Me gustan los números impares. La última sección es una continuación de la primera, pero en un tiempo distinto».

$!Elisabeth Moss en el papel de June Osborne en ‘El cuento de la criada’. Foto: DT

Entrevista post mortem

Es en esta segunda parte, cuando Atwood entrevista de forma imaginaria a George Orwell. «Siempre me ha interesado muchísimo» dice la autora. «Tenía preguntas y lo hicimos a través de una médium y en la historia os daréis cuenta de que sigue fumando, aunque sabe que no es bueno para su salud».

Atwood leyó por primera vez a Orwell muy joven. «No tenía ni idea de que Rebelión en la granja era una alegoría política. Pensaba que era una historia divertida para niños y después me fui horrorizando poco a poco. Todo me pareció bastante espantoso y comprendí que no iba destinada a los niños. Me causó mucha impresión. Después, cuando se publicó 1984 yo tenía 13 o 14 años y entendía que era un libro sobre política. Y tras la Segunda Guerra Mundial con Hitler y Mussolini me pregunté ¿cómo sería Inglaterra si fuera una dictadura totalitaria? Y me la formulé a mí misma respecto a EEUU cuando escribí El cuento de la criada. Mi interés en las formas totalitarias de gobierno empezó con él».

Además de Orwell, también Hipatía de Alejandría tiene su espacio en Perdidas en el bosque, cuando una turba de cristianos la despedaza vida. O el gato Smudgie, a quien Atwood convierte en protagonista del poema épico Morte d’Arthur, de lord Tennyson. Aunque en realidad, todo aquello no era por Smudgie, sino por Tig. «En un momento dado Nell debió de intuir que Tig, por fuerza, zarparía antes que ella, que la dejaría varada bajo la dura escarcha, en la tierra baldía, a la fría luz de la luna». Muerte que sobrevuela, que planea sobre las páginas de estos relatos que hablan del tiempo, de la vejez, de las relaciones de pareja y también familiares. En definitiva, de la vida.

«No es momento para tirarse de un puente. No creo que vayamos a Alemania 1935»

Futuro de EEUU y del mundo

«Y qué va a pasar ahora en Estados Unidos», se pregunta la autora. «¿Tendremos una dictadura hitleriana en toda regla? Lo dudo pero realmente depende de hasta qué punto podemos creer algo de lo que Trump diga y miente tanto que es imposible saberlo», afirmó.

«¿Realmente va a ejecutar al jefe del ejército o es una broma? ¿Va a construir campos de concentración y meter en ellos a inmigrantes ilegales y a demócratas como ha dicho? ¿De verdad va a hacer eso, lo va a apoyar el pueblo americano? Eso está por ver. Lo puede presentar como un gran programa de creación de empleo», señaló. E incluso fue un paso más allá. «¿Va a sobrevivir a su mandato? ¿Cómo estará de salud? Igual las cosas son más serias de lo que parece. Igual lo incapacitan antes del final de su mandato. Esto es un gran interrogante».

A pesar de todo, considera que «no es momento para tirarse de un puente, no hay nada perdido. Hay mucha gente en EEUU que no estará dispuesta a encajar una dictadura. La gente puede ser electa y deselecta. Si va realmente a la deriva, los republicanos no lo van a poder apoyar. ¿Es limitable su actuación? ¿Hay alguien que pueda ponerle el cerco a este personaje? No tenemos respuesta. Puede parecer loco de verdad. No sé si podemos saber exactamente qué piensa y veremos también lo que la gente es capaz de soportar». En cualquier caso, «no creo que vayamos a Alemania 1935».

Tras Orwell, El cuento de la criada y algunos estados que se acercan peligrosamente a estos escenario, ¿cree Atwood que las distopías han perdido su sentido? «No», responde. «Porque siempre podría ser peor».

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