Camilla es caótica; Henrik estructurado hasta el límite; Camilla asegura que Henrik intenta leerle los pensamientos; él lo niega. «No me atrevería», dice, «porque lo que Camilla tiene en la mente no se lo pueden imaginar». Son Camilla Läckberg y Henrik Fexeus, la autora sueca superventas y el mentalista que, con El espejismo (Planeta/Columna), cierran su macabra trilogía que ha cautivado a más de un millón y medio de lectores en todo el mundo, que iniciaron con El mentalista y continuaron con La secta. Ambos atendieron a los medios en rueda de prensa internacional con España y Latinoamérica.
En esta entrega, la investigadora Mina Dabiri y el mentalista Vincent Walder se enfrentan a las amenazas de muerte que recibe un miembro del ministerio sueco, así como al hallazgo de restos humanos en el metro de Estocolmo, que todo apunta a que pertenecen a un importante financiero. Para ello, los autores tuvieron que adentrarse en las galerías subterráneas que recorren la ciudad. «Yo dije que no bajaba, ni de broma. Odio las ratas», comenta Läckberg. Fue Fexeus quien sí lo hizo, «un poco por casualidad. Estaba investigando esos túneles cuando conocí a un tipo que tenía las llaves para entrar en las partes abandonadas. Me pasé horas agachado. Se suponía que después tenía que estrenar uno de mis espectáculos, por lo que llevaba un traje para la ocasión. Llegué lleno de polvo».
Como sus personajes, ambos se declaran frikis. «Adoramos a nuestros protagonistas y nos gusta que el mundo siga ampliando la cantidad de frikis, como Vincent y Mina, que tienen problemas a la hora de encajar en la sociedad».
Códigos, números, juegos mentales de lógica y mucha acción son los ingredientes de este desenlace que transcurre en un Estocolmo siniestro, lejos de la imagen que se pueda tener de Suecia. «Es cierto que sobre Suecia circula una visión idealizada en todo el mundo», responde Läckberg. «Esto se remonta a la década de 1950 y desde entonces todo ha evolucionado. Por ejemplo, en Europa, en cuanto a violencia de bandas callejeras, estamos en el número uno de la lista. Es un país bonito y agradable, pero no el lugar maravilloso que tenéis en mente», asegura Fexeus.
Es habitual que en cada una de las entregas aparezca algún elemento que Vincent lleva de su mundo del mentalismo y en esta ocasión es la Sagrada Familia, un plano mágico que siempre ha fascinado a estos profesionales. En este sentido, Fexeus explica que en su último espectáculo también lo recogió. «Quería que formara parte de la trama de la novela porque nos encanta compartir con los lectores información fascinante de la realidad que quizá desconozcan. Como es el caso de los escarabajos del libro anterior». «Es una experiencia emotiva e increíble visitar Barcelona», añade Läckberg.
Por lo que respecta a la documentación, ambos autores apuntan que son muy minuciosos, tanto o más que sus asesinos «porque seguro que hay un par de lectores en todo el mundo que dominan el tema y pueden decir si nos equivocamos o no». Para minimizar riesgos siguen una cuenta de técnicos forenses, de cuerpos después de la muerte, donde hablan de procedimientos para conservar los cadáveres. «De hecho, un tipo de escarabajo concreto se utiliza para limpiar los huesos de animales en los museos. Hemos dedicado horas y horas a la investigación para que finalmente aparezcan un par de frases». En cualquier caso, retan a los lectores a que encuentren algún dato incorrecto.
El final de la serie, apoteósico, es también el despido de Vincent y Mina aunque, no obstante, podrían reaparecer en otras historias. «Nosotros lo teníamos todo planificado desde que empezamos, por lo que ya sabíamos cuál sería la última escena. El reto era convencer a la editorial sueca porque no se lo creían. Sin embargo, no descartamos que dentro de un tiempo estos personajes vuelvan a llamarnos a la puerta para otros proyectos».