Es tiempo de recordar la historia:
Dicen que podrían pertenecer a una de las desaparecidas tribus de Israel. La Biblia los nombra: Tzoanim, oriundos de la ciudad de Tzoán, en Egipto. Otros dicen que provienen de la India, del Rajastan. Atsigani, en griego. Llegaron a Europa en el siglo XV, como peregrinos en cumplimiento de una promesa, pero pronto fueron considerados marginales. Eran juglares, trovadores, acróbatas y ...adivinos. Vivían libres, acampaban en vistosas caravanas y llevaban joyas y vestimentas multicolores, domaban animales y eran especialistas en ganado. Les llamaban: zíngaros, bohemios, egipcianos... gitanos. Hablaban romaní, los andaluces adoptaron una variante llamada caló. En España, en 1499, los Reyes católicos dictaron una serie de pragmáticas que tenían como finalidad su desaparición. Se les desposeyó de sus derechos como peregrinos, se les prohibió cantar y bailar y se les obligó a tener un oficio o a entrar al servicio de los señores.
El rey Fernando VI ordenó encarcelar a todos los gitanos, fue la llamada Gran Redada, bajo las órdenes del Marqués de Ensenada y en colaboración con la Iglesia que consiguió que el Papa de Roma revocase la ley que les permitía acogerse a sagrado. La Santa Inquisición les acusó de canibalismo. Iniciaron una operación que calificaron como «Solución final». Se trataba de recluir por separado a hombres y mujeres gitanos para evitar que se pudiesen reproducir, hasta conseguir su extinción. Los gitanos catalanes pudieron huir a Francia y conservaron nuestra lengua, todavía la hablan. Se sucedieron revueltas y finalmente el maquiavélico plan fracasó. Ensenada fue destituido. Felipe II, en 1619 instauró la Pena de Galeras, para repostar remeros después del desastre de la Batalla de Lepanto. Ordenó una redada de gitanos y les obligó a trabajar como forzados. Felipe III, en 1628 los expulsó del Reino de Navarra. Portugal e Inglaterra los deportaron a América. En Hungría y Rumanía fueron esclavizados, también fueron expulsados de París, Alemania y Bélgica. Carlos III, en 1783 promulgó la Pragmática Sanción, que exigía que no hablasen en su lengua, que no llevasen su vestimenta y que abandonasen su vida errante, con la amenaza de pena de muerte.
A lo largo de los siglos XVIII y XIX se fueron sucediendo las persecuciones y redadas, capitaneadas por una feroz Guardia Civil. Muchos gitanos se refugiaron en las cuevas de Guadix, del Sacromonte y en La Alhambra. Eran las mismas en las que antiguamente se habían refugiado los moriscos antes de su expulsión. Durante el siglo XIX Andalucía y la cultura gitana se convirtieron en un gran atractivo para los escritores románticos que las reflejaron en libros de viajes y aventuras, y en óperas, como la famosa Carmen, de Georges Bizet.
Extravagantes y atractivos
En el siglo XX, en la Alemania Nazi, bajo la ley de exterminio formaron parte, otra vez, de la trágica «Solución Final», con judíos y homosexuales. Durante la dictadura franquista fueron sometidos a la Ley de Vagos y Maleantes, mientras por otro lado su imagen, deformada, típica y graciosa era utilizada hasta el aburrimiento.
Los recuerdo acampados en el Campo de Marte, eran extravagantes y atractivos. En mi barrio viven muchas familias gitanas, mantienen un trato distante con los payos. Durante las fiestas de la ciudad, son los portadores de los ‘Gegants’ y del Negrito i la Negrita. En 1986 tuve la fortuna de colaborar con el dramaturgo Salvador Távora, de origen gitano, y conocer actores y tramoyistas de La Cuadra de Sevilla. Una de sus hijas, Pilar, directora de cine, está preparando un documental: La Gran Redada gitana: Historia de un genocidio.
A pesar de que los libros de historia obvian estos hechos, Federico García Lorca los conocía. Él y su familia tenían muchos amigos gitanos que también vivían en La Vega. La madre del poeta, Doña Vicenta, que era maestra de escuela, enseñaba a leer y a escribir sin percibir remuneración alguna a todos los niños del vecindario. Federico tuvo dos maestros de guitarra, gitanos, y conocía de viva voz muchos relatos que probablemente dieron forma a su libro de romances. Era amigo del torero Ignacio Sánchez Mejías, gitano de ley, a quien dedicó el Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, cuando murió en la plaza.
Con este historial tampoco resulta extraño que muchos se refugiasen en las cuevas donde nació el ‘Cante Jondo’, tan reverenciado en la actualidad. Lorca dio el primer paso cuando con Don Manuel de Falla organizaron el Primer Festival de Cante Jondo de Granada.
Mientras artistas y poetas de la vanguardia radical exaltaban la máquina, Lorca reinventa una Andalucía atemporal, mítica y deslumbrante.
El primer Romancero gitano fue publicado por la Revista de Occidente, en 1928, con un dibujo del poeta en la cubierta. Es el mayor éxito de un libro de poesía española del siglo XX.
Josep Maria Rosselló (del libro Lorca, la incógnita visita Silva Editorial, Tercera edición).